JUEVES 1 DE OCTUBRE DE 2009
PSICOLOGIA › ACERCA DE LA ELECCION DE OBJETO EROTICO EN EL HOMBRE
“Eres la mujer del Otro y te deseo”
A partir de casos paradigmáticos como el de Adán, con su Eva, y Fausto, con su Margarita, el autor examina el lugar de un tercero –que no es cualquiera– en la elección de objeto del varón, y concluye en que “la mujer, para ser reconocida, debe serlo del Otro”.
Por Jacques-Alain Miller*
Eva y Adán; el primer “flechazo” de la historia humana. En realidad, tenemos datos para decir que hubo flechazo del lado de Adán, pero no sabemos si lo hubo del lado de Eva; quizás ella tuvo su flechazo más bien con la serpiente. Esto ya introduce cierta disimetría. Doy mi versión de la historia de Adán y Eva, aceptando desde ya otras posibles propuestas de interpretación. No tengo ningún dogmatismo sobre la estructura de Adán y Eva. Todos conocen la historia de la costilla a partir de la cual Dios hizo una mujer. A menudo se dice que Dios hizo a la mujer. Quizá Dios había leído a Lacan. Además –en la versión francesa de Rachi, gran comentador de textos sagrados, que traduzco al castellano– dice que Dios lleva una mujer al hombre. Es el momento de la mirada. Dios lleva a Eva a Adán, y Adán habla. Es notable. Adán se une con Eva, pero habla. Y hay que ver en qué términos se expresa. Traduzco al castellano la versión francesa de Rachi (nombre adoptado por el rabino medieval Salomo ben Isaak de Troyes), gran comentador de textos sagrados: “Aquella, esta vez, es el hueso de mis huesos, la carne de mi carne. Aquélla, llamada mujer, porque fue extraída del hombre”. Si Dios había leído a Lacan, seguramente Adán no había leído a Freud, lo cual no le impide describir muy bien la elección de objeto llamada narcisista: su primera expresión es reconocerse a sí mismo en Eva, en lo que hay de común, de parecido entre él y ella. Se puede notar la ventaja que Adán tiene sobre nosotros, el resto de los hombres: él no podía confundir a Eva con su madre. […] * Fundador de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Texto extractado de “Mi chica y yo”, en: Desde Lacan. Conferencias porteñas, que distribuye en estos días Paidós. Para ver la nota completa: http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-132672-2009-10-01.html
FIN