« TERMINACIONES DE ANÁLISIS » Algunas notas acerca de la XI Conversación clínica del Instituto del Campo freudiano en España (Barcelona, 5 y 6 de marzo del 2011) Para que un análisis pueda terminar, hace falta que éste se haya iniciado; a veces ocurre que el proceso se eterniza en tanto que la transferencia no encuentra su resolución; otras curas se interrumpen; algunas, en fin, llegan a su término… Jorge Alemán y Marta Serra, coordinadores de esta Conversación, destacaron cuántas modalidades de terminaciones de análisis se disponen en un amplio y abigarrado abanico. El reciente fin de semana en Barcelona, sostenido por los esclarecimientos incisivos de Jacques-Alain Miller, la cita anual del Instituto del Campo Freudiano en España no ha faltado a su renombre primaveral: público atento y alerta (alrededor de 450 participantes); conversación densa y viva; rigor y buen humor… sin olvidar los buenos cuidados de la comisión de organización (Miquel Bassols, Mónica Marín y Rosa-Alba Zaibel). Habiendo leído antes los participantes los seis casos de la conversación, presentados por José Manuel Álvarez, Guy Briole, Manuel Fernández Blanco, Julio González, Rosa López y Vicente Palomera, fueron detallados uno por uno. Del conjunto de los puntos debatidos, evocaré sólo algunos rasgos. Tres casos de psicosis desanudaban, cada uno a su manera, un falo sin consistencia, puro semblante sin acoplar las sensaciones y el real del cuerpo; ¿a través de qué significantes, construcciones, soluciones… pueden entonces las palabras y las cosas conectarse? Aquí la increencia en el Nombre del Padre se hace ironía ¿cómo puede ésta desanclarse para devenir apaciguadora? Ahí donde uno se posiciona como amo de la significación y logra encontrar una suplencia en una imagen o en una función social, la otra, identificada a un padre masivo y malvado, sufre de este exceso de padre, no simbolizado. Por otro lado, ¿cómo concebir la terminación de la cura cuando la presencia real del analista suple a un símbolo ausente? J.-A. Miller nos ha recordado que la psicosis no es deducible de la historia del sujeto, por muy precisa y construida que esté: siempre hay una hiancia entre las presuntas causas y los efectos observables. Los casos de neurosis nos dieron ocasión de sondear cómo el estilo del analista puede estar correlacionado al síntoma que el sujeto viene a tratar. Con el primero, en relación con los mandatos de un superyó despiadado, se ha revelado necesario un cierto cuerpo a cuerpo analítico para operar un desplazamiento y, con ello, abrir una separación de la potencia de la voz femenina: es en la lectura que el sujeto encontrará el apoyo oracular que le permitirá finalmente separarse del partenaire-analista y terminar su cura. Para la otra, anoréxica sublime, una cuestión muy light -“¿Cuándo empezó todo esto?”- será suficiente para engranar un proceso analítico que se desplegó a partir de esta intervención, única, ejemplar. En cuanto al tercero, ha podido consentir en la cura a una deflación de su pasión en relación a la castración: ese joven hombre se desligó de su posición de falo de contrabando, de falo imaginario y mortificado de la madre, para orientarse, no sin Witz, hacia otro estatuto del falo, más legítimo y más operativo en sus relaciones con las mujeres. ¿Cómo, en cada caso, podemos apreciar lo que, de las modalidades de goce del sujeto, se ha mantenido, modulado, desplazado o transformado? Ésta fue una de las cuestiones renovadas por este encuentro ágil y sin formalismos bajo el sol catalán.
Pascale Fari Nota difundida por ECF-Messager, 8 de marzo 2011. Traducción : Eduard Fernández.