NRS 14

No hay relación sexual

VII Jornadas de la NEL

El sexo y el amor en el siglo XXI, ¿de qué satisfacción se trata?

Medellín, Octubre del 2012

No. 14

Mayo 8 del 2012

Moderador

Piedad de Spurrier ( [email protected] )

Todos los miembros y asociados de la NEL están invitados a participar en este boletín con sus textos, comentarios, notas y observaciones sobre los temas del debate. Éstos pueden ser enviados a la moderadora.

En este número

* Presentación

* “El ojo absoluto”, el amor y la sexualidad en el siglo XXI por Juan Fernando Pérez.

* Comentarios

* Algunos hoteles recomendables en Medellín y tarifas 

Presentación

Juan Fernando Pérez en su artículo “El ojo absoluto”, el amor y la sexualidad en el siglo XXI, nos presenta una elaboración sobre las consecuencias posibles que se producen cuando el goce del ojo se incrementa a consecuencia de la ideología de la transparencia, facilitada por la tecnología.

Liliana Macotinsky comenta el artículo sobre “El analista ante el sexo y el amor, en la experiencia analítica” apoyándose en la aseveración de que lo marca la época es el afán de obtener satisfacción sin pasar por el otro, nos introduce un nuevo interrogante acerca de la sexuación y los modos de arreglarse con el sexo y el amor en la actualidad.

Maria Cristina Giraldo, comenta el misma artículo para destacar los puntos más importantes en lo que concierne a las nuevas modalidades de las contradicciones y aflicciones en torno al amor y al sexo.

Ana María González nos propone nuevas preguntas sobre la posición del analista en nuestra época, en sus posibilidades de abordar el síntoma en la época del Otro que no existe.  

“El ojo absoluto”, el amor y la sexualidad en el siglo XXI

Juan Fernando Pérez

Gerard Wacjman, analista de la École de la Cause freudienne, escribió en el 2010 un importante libro que se titulaEl ojo absoluto (Denoël, Paris, 2010, el cual recientemente fue traducido al español, y el cual ha tenido una amplia acogida en diversos medios franceses, entre ellos, en los psicoanalíticos). La tesis mayor de Wacjman allí es neta: “Existe hoy un discurso que dice que « Todo se puede ver », « Todo debe ser visto »”.

Se puede reconocer así, explica el autor, que se trata de “un discurso conquistador, una mirada conquistadora, que viene a ocupar el lugar de una mirada absoluta. (…) El amo moderno pretende hoy tener ese poder de verlo todo. (…) Y es eso lo novedoso, ya que no tenemos desde hace mucho tiempo un discurso de ese tipo. Un discurso que nos habla de atravesar todo obstáculo, todo límite. Esta ideología de la transparencia no es muy vieja; en apariencia, su origen es muy fácilmente determinable: aparece esencialmente con el desarrollo de la tecnología”.

Y ese discurso se expresa ciertamente de múltiples maneras. Es conocido, por ejemplo, cómo esa ideología autoriza cualquier obscenidad que reclama el derecho a tener registros visuales de todo. El goce del ojo se incrementa y se hace entonces adictivo. Así, el psicoanalista argentino Mario Goldenberg, por ejemplo, ha podido señalar cómo la vida contemporánea transcurre para una parte cada vez mayor de personas, entre 4 pantallas que se suceden entre sí: la de la televisión, la del computador, la del celular y la del cine. Pocos escapan ya a ese imperio de la pantalla y cada quien tiene referencias cotidianas del fenómeno. Y todo ello afecta desde luego, y de diversas maneras, el amor y la sexualidad del siglo XXI.

Ese discurso crea así las condiciones que favorecen la tendencia a la irrupción abusiva en lo privado, sin pudor alguno hacia lo íntimo. El amor y la sexualidad pierden de esa forma derechos a la intimidad. Un ejemplo, que comienza a expandirse, ilustra la vigencia de ese ojo absoluto: en un colegio de clase media alta, una niña de 12 años observa con simpatía y curiosidad un muchacho de 15 años. Éste capta el interés de ella y recurre a las redes sociales para establecer contacto con la niña. Ésta responde de inmediato. El joven rápidamente le propone un amorío, cuya condición es que la niña se desnude ante él, en la pantalla de su computador. La niña accede, en la intimidad de su habitación, creyéndose por ello al abrigo de toda mirada ajena a la de su nuevo amor. El joven aprovecha el momento para tomarle fotografías en las poses que desea. Al día siguiente éstas circulan en el colegio entre amigos, y el escándalo se desencadena. La desesperación de la niña contrasta con el cinismo del muchacho que legitima su acto bajo la idea de que “todo vale” y que mirar lo que sea es su pleno derecho.

COMENTARIOS

De: Liliana Macotinsky al artículo de “El analista ante el sexo y el amor hoy, en la experiencia analítica”

Nuestra colega Julieta Ravard,  despeja en su escrito la relación entre la posición actual del analista frente a la posibilidad de que lo Real imposible, aquello que aqueja siempre a un sujeto, respecto del amor y el sexo, haya sido afectado por la época.
Subraya que lo que marca la época es una nueva manera de obtener satisfacción sin pasar por el otro, y es en los momentos en que esto fracasa que hay de parte de estos sujetos alguna demanda de análisis.

Estos sujetos resalta, son los sujetos que se mueven en una franja entre neurosis y perversión, como lo destacaba ya Lacan, en donde impera la « actuación sin preguntas ».
Me parecería interesante pensar también, además de esta consideración tan acertada sobre los sujetos de nuestra época, si habría alguna diferencia que pudiéramos hacer entre las mujeres y los hombres de esta época y como se las arreglan con el sexo y el amor.

De que modo particular hoy mas que nunca se busca la ‘satisfacción’ por
encima del ‘deber’? Es igual para los dos sexos? La unión de dos personas esta cada vez menos basada en vínculos simbólicos y más en la búsqueda de la propia satisfacción, donde ‘no se quiere perder nada’. Tener una pareja, pero ser independiente, conseguir objetivos pero sin un proyecto común. Es esto igual para mujeres que para hombres?

La juventud pareciera estar en ‘espera » ‘se espera’ y ‘se busca’, ese partenaire que cumpla con un cierto ideal, que garantice la ilusión de encontrar una relación que no admita fallas, porque  al despuntar alguna falla, se pasa a otra con mucha fluidez. De este modo no hay una elección basada en una determinación de hacer funcionar una « posible relación » con sus fallas, sino una búsqueda ideal de una relación con garantías.

Luís Salamone en su libro « El amor es vacío », nos recuerda como el amor mismo puede ser este ideal, que obtura, ilusoriamente aquello que es estructuralmente vacío, ese vacío del deseo como del amor.

Los hombres son cada vez mas idealistas? Hablamos del imperio del objeto desnudo de los ideales, pero sin embargo su otra  cara pareciera ser una hiper-exaltación de los mismos en los hombres, lo cual deja a las mujeres solas, y con hijos que se arreglan en tener por su cuenta.

Un fantasma masculino mas consolidado que nunca? Esto es con lo que tiene que confrontarse un hombre si accede a un análisis, con esta idealización que a veces los hace preferir quedarse solteros y gozar de un mundo sin fallas. En Radiofonía y Televisión, Lacan advertía que un analista no debería hallarse nunca ahí en ese lugar de « estar casado con la verdad ».

Y las mujeres frente a esto, no dejan de hacer concesiones de toda clase decía Lacan en el mismo texto, en ‘cuerpo, alma y bienes’. O de otro modo, todo de lo que ellas son capaces por amor.

El psicoanálisis hoy en relación al amor y el sexo, deberá confrontar a cada sexo con sus estrategias que los determinan inconcientemente, para poder tomar decisiones que apuesten por un No-Todo. « No todo por amor, pero a condición de valerse de el ».

De: María Cristina Giraldo al artículo de “El analista ante el sexo y el amor hoy, en la experiencia analítica”

Julieta Ravard nos propone preguntarnos qué le permitiría al analista estar “a la altura de su época” en su práctica con los sujetos contemporáneos que están: “(en) cerrados en su malestar”, que “intentan bastarse con su goce”; que no se dividen subjetivamente, porque obturan la emergencia de lo real, con la búsqueda de sentido; que no demandan nada al Otro y que no hacen síntoma. Desde la vertiente del cambio en las mentalidades sobre el amor y el sexo, Julieta nos invita a problematizar la práctica analítica en relación a ese cambio en el discurso, en tanto hoy se trata de sujetos comandados por impulsiones; que intentan restituir el amor por la vía de la imagen; con obsesiones amorosas; que no disponen ni del pudor victoriano, ni de los semblantes con que se revestía el goce; con un cuerpo afectado por el discurso de la máquina… es lo que hoy nos convoca:  el mundo actual “con sus contradicciones y aflicciones”.

De: Ana María González al artículo “El analista ante el sexo y el amor hoy, en la experiencia analítica”

El texto de Julieta Ravard, se presenta como un extracto que pone de manifiesto varias vertientes de la problemática del sujeto contemporáneo y frente a él, las respuestas del psicoanálisis.

Para nuestro próximo encuentro, se trata una vez más, de puntualizar y poner a prueba la capacidad del psicoanálisis de dar respuesta a sus cuestionamientos ante la época. Esta vez ante el nuevo sujeto y a sus modalidades en el amor y en la sexualidad ante lo indecible que lo habita.

Nos preguntamos cómo entender estos modos sintomáticos contemporáneos, que responden al fracaso ineludible de la relación sexual y a la separación insalvable entre el saber y el goce.

Si el amor es lo que hace existir al inconsciente como saber, y el objeto no se reviste más de lo amoroso, qué es lo que viene a hacer relación entre los unos solos, sujetos queno parecen necesitar del otro, que no suponen saber en el Otro y no se preguntan sobre sus modos de satisfacción.

Cómo entender estos modos de vincularse por ejemplo en red a través de espacios virtuales, que no solo privilegian la dimensión de la imagen, sino que ofrecen personajes prefabricados a los que identificarse y con los cuales presentarse y ser, como intentos de lo no realizado.

Cómo abordar el síntoma en la época del Otro que no existe, pero del cual esperamos hacer un uso, a pesar de que este Otro muestra sus costuras y revela como nunca antes, su ser de semblante.

Así como “el arte contemporáneo se sirve de la fragmentación, del desgaste, de lo fracturado y lo roto y nos habla… de una totalidad enloquecida de sí misma… donde el fragmento como medio de expresión en las obras de arte de nuestra contemporaneidad, es en tal caso una manifestación hacia el entorno caótico de la postmodernidad,… aquel cuyo mecanismo reitera la ruptura de una época…”. Texto que acompaña  la obra 5 es igual a 1del artista Manuel González, expuesta en el mes de marzo de 2012 en  La velada de Santa Lucia, en Maracaibo.

Así el psicoanálisis, intenta un nuevo uso del Otro en la actualidad, redefiniendo a la luz de Lacan, la posición del analista en la transferencia, su formación, su saber y su práctica.

Veo a través del recorrido de Julieta algunas de las preguntas centrales que me animan y que esta vez nos convocan…

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