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El Principio de Incertidumbre es una ley de la física cuántica formulada por el físico alemán Heisenberg que indica que es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula. Esto significa, en otras palabras, que lo que es observado es afectado, siempre, por el observador generando incertidumbre en dicha medición. Basándose en este principio, Gustavo Dessal ha desarrollado una atrapante historia policial en donde una serie de asesinatos, aparentemente sin ninguna intencionalidad, impactan en la vida de los seres que rodeaban a las víctimas modificando para siempre sus vidas. El relato comienza la noche que Rebeca, una azafata y modelo que se destaca por su imponente belleza, cautiva a la teleaudiencia mientras en un programa de televisión comienza a masturbar a un cerdo hasta que el animal eyacula en una bolsa de plástico dejando atónitos a la mitad de Inglaterra que observa hipnotizada. Esa misma noche las dos mujeres –Melinda y Janis– que comparten departamento con Rebeca, son brutalmente asesinadas por un desconocido y encontradas luego por un repartidor de pizza a domicilio. Desde este momento, el terrible doble asesinato comienza a expandirse –como una piedra que cae sobre el agua generando ondas concéntricas– a través de cada una de las personas que, de alguna manera se relaciona con las víctimas. En primer lugar está Mark, profesor universitario, joven de brillante presente académico y prometido de Melinda, que tras la noticia cambia el rumbo de su vida volviéndose un ser errante. Luego, las historias familiares de Melinda y de Rebeca, así como también de los colegas universitarios de Mark, comienzan a fusionarse brindando información que contribuye a construir una completa imagen de los hechos que no escatima datos a la hora de profundizar en temas como el entramado político del este de Europa, la venta de armas y los grupos terroristas. Lo interesante que propone Dessal en esta novela es que por su oficio de psicoanalista otorga a los personajes un espesor que, por momentos, supera a la media de los personajes de una historia policial, volviendo a esta novela negra algo más que lo acostumbrado en el género. La trama de los asesinatos parece ser una excusa para realizar un análisis superior que los excede, logrando, a través del relato del pasado de un falso pintor, una interesante postura sobre la maldad en el ser humano desde la niñez, indagando sobre un posible origen natural mediante la observación de su más grande obra de arte “Los niños malos”. Este relato paralelo corre el riesgo de ser superior al de la trama principal de la novela produciendo una diferencia en la importancia de tópicos que atenta contra la unidad narrativa. En Principio de Incertidumbre Dessal propone una diagramación de capítulos que parecen ser independientes y que van anudando las múltiples historias que a su vez se bifurcan. De esto resulta que el lector siempre está un paso adelante que los personajes, pudiendo tener una visión global de la historia. El lector los observa dudar sobre lo que él ya sabe. Eso brinda una especie de compasión sobre la incertidumbre que rodea a los personajes que resulta muy bien lograda por el autor. Gustavo Dessal reside en Madrid, es psicoanalista y escritor. Ha dictado cursos y conferencias en varios países de America y Europa. Autor de más de un centenar de artículos publicados en varias lenguas, y compilador de Las ciencias inhumanas (RBA 2009), ha publicado dos libros de relatos Operación Afrodita (Madrid, 2004) y Mas líbranos del bien (Madrid, 2006). Principio de Incertidumbre fue su primera novela a la que luego le siguió Clandestinidad, publicada por Interzona en Argentina este año. Esta novela policial muestra el estudio minucioso de la vida de ciertos personajes que se ven relacionados por una serie de crímenes y trasfondos políticos y donde a través de un relato ágil y envolvente, el lector se irá sumergiendo en las múltiples historias que terminan por conformar una sola: la vida de todos los hombres.