Estimados colegas y amigos,
Hace dos años, en marzo del 2008 tuve la alegría y el honor de asumir
la función de Director de la EOL.
Han pasado, quizás vertiginosamente, los dos años de trabajo que
contempla esta responsabilidad. Es decir hemos arribado, luego del
instante de ver y del tiempo de comprender, al momento de concluir.
Uso deliberadamente, quizás como metáfora, el aserto de certidumbre
anticipada para transmitirles una experiencia: cuando se le toma el
tiempo a la gestión, es decir cuando sabemos el disco que portamos, se
nos abre la puerta de salida. Es un momento de cierto alivio y también
de cierto pesar.
Ahora bien, quiero comenzar con los merecidos agradecimientos para
aquellos que comenzaron siendo compañeros de ruta y concluimos
habiendo articulado un lazo que ya roza la amistad. En principio a mis
compañeros – amigos del Directorio, a Déborah Fleischer que tuvo la
ardua tarea, como Tesorera, de controlar que las finanzas de la EOL
circulen por los canales previstos, que los múltiples gastos que se
realizan, siempre se adecuen a las posibilidades de los ingresos. Hay
que subrayar la tenacidad que le puso a la trabajosa tarea de
recordarles a aquellos miembros de la EOL que suelen, por razones
diversas, retrasarse en la responsabilidad que les compete en estar al
día con sus cotizaciones. A Blanca Sánchez, Secretaria del Directorio,
quien a pesar de tener la dificultosa y ardua tarea de armar La Carta de
la Escuela, de tener que organizar permanentemente la disponibilidad de
las aulas para las diversas actividades de la Escuela y del ICBA y otras
múltiples cuestiones inherentes a su gestión, siempre tuvo el tiempo y
la predisposición para colaborar en cualquier tópico que concerniera al
Directorio.
Te agradezco tu generosidad y tu eficiencia.
A Fernando Vitale, Secretario de Biblioteca, siempre hizo lo que tenía
que hacer y también algo más. Para mí fue una alegría que en este
tiempo de gestión haya sido nominado AME. Pienso que es un justo
reconocimiento.
A Daniel Millas, Secretario de Carteles, no solo supo conducir la
reconfiguración del dispositivo del cartel, al hacer armonizar y convivir al
cartel en su forma clásica con sus nuevas formas: los llamados carteles
fulgurantes y/ o ampliados, sino que supo funcionar como una suerte
de más uno en la organización de las dos últimas Jornadas de Carteles.
El también tuvo su merecido reconocimiento, es el nuevo Director
adjunto de la EOL.
Quiero también hacer llegar mi agradecimiento a cada uno de los
colegas que participaron en cada una de las secretarías del Directorio.
Sin su trabajo nuestra tarea hubiera sido casi imposible de llevar
adelante.
También a Gabriela Camaly y a Viviana Fruchtnicht, que coordinaron la
Comisión Organizadora de las Jornadas de 2008 y de las inéditas
Jornadas del 2009, respectivamente. Ellas, junto a los colegas de aquí y
de las Secciones que las acompañaron en la gestión, realizaron una
tarea inmensa que permitió el éxito de ambos eventos.
Es también un acto de justicia agradecer a Carlos Vilaseca, responsable
de Eol-Postal que supo ir adquiriendo el manejo de las listas y también
supo tener la paciencia necesaria para responder a las diversas
demandas que le llegaban desde múltiples lugares.
A Clarisa Kicillof responsable de la pagina Web y del equipo de prensa y
difusión del Directorio. Fue quien con sus colaboradores, en particular
con Viviana Mozzi, supieron interpretar nuestro criterio para rediseñar la
página Web de la EOL, página que recibió palabras muy elogiosas de
Jacques Alain Miller y de Eric Laurent, como así también de varios
colegas. Así también considero que su gestión en Prensa y difusión, fue
altamente importante para la EOL. Desde la idea y organización de la
conversación entre José Nun y Eric Laurent hasta las diversas
entrevistas que se realizaron a Judith Miller y a Eric Laurent en
diversos medios de comunicación. Cabe destacar en este sesgo el
excelente trabajo de articulación con los medios que realizó Guillermo
López. Esta tarea contó también con el acompañamiento de Edit
Tendlarz y Silvia Bermúdez.
A las responsables de las publicaciones que dependen del Director, Silvia
Ons en la COL, Alejandra Glaze en Virtualia y a Débora Nitzcaner en El
Caldero. Vaya para ellas y sus respectivos colaboradores mi gratitud por
el trabajo realizado.
Con todos ellos, casi más de 60 colegas articulados de distinta manera
al Directorio, supimos transitar con responsabilidad y con alegría estos
años de gestión.
Quiero también, en este momento, expresarles mis saludos a los
colegas de las instancias de las Secciones de la EOL (Córdoba, Rosario y
Santa Fe) con las que tanto yo como otros miembros del Directorio
tratamos de colaborar para llevar adelante las Jornadas de cada una de
ellas.
En otro orden de cosas quería recordar que cuando asumí la función que
hoy dejo hice referencia a que habíamos procedido a la normalización
del Consejo Plenario de la Red de la EOL (conformado por Graciela
Brodsky, Graciela Musachi, Dudy Bleger, Mauricio Tarrab y yo mismo).
Este dispositivo realizó un fecundo trabajo en conjunto con la Secretaria
Ejecutiva (conformada por Maria Leonor Solimano, Adriana Rubistein,
Liliana Rossi y Graciela Ruiz) para proceder a una reformulación de la
estructura de funcionamiento y pertenencia a la misma.
Seguramente en un tiempo próximo se podrán evaluar los resultados de
dicha labor.
Entre las responsabilidades del Director está también el de participar en
la Comisión de la Garantía, para animarla -al decir de nuestros
Estatutos-. En esta comisión compartí la tarea junto a Ennia Favret,
Ernesto Derezensky, Silvia Baudini, Adriana Luka, Cristina Martínez de
Bocca y por un tiempo con Ana Ruth Najles. Pudimos, a mi entender,
conllevar una entusiasmante tarea apoyados en el tríptico clínico,
político y epistémico. Nuestra propuestas de nominación para nuevos
AME fueron bien recepcionadas por el Consejo Estatutario y
convalidadas por la comisión de Garantía de la AMP- América.
Voy a evocar brevemente unas palabras que pronuncié en marzo del
2008, Allí sostenía que: “aspiraba a mantener un constante y fluido
diálogo con el Consejo Estatutario en su conjunto. Mantener –tal como
dije cuando me tocó ser Presidente en el año 2003- una tensión fecunda
entre las dos instancias de conducción de la Escuela. Tensión fecunda
que implica que cada instancia desarrolle lo fundamental de su función y
al mismo tiempo estén permanentemente abiertos los vasos
comunicantes entre ambas, de tal forma que la política de la EOL sea
solo una. Se trata de transitar por un camino unificado sin por eso
renunciar a las diferencias.
Es como lo enseña el psicoanálisis “hacer de las diferencias y del
malentendido estructural un lazo social”. Debo decir que traté de ser
fiel a esta perspectiva, que la haya logrado o no, no está solo en mí
valorarla. El Otro y los otros que lo encarnan serán los que, al hacer
uso del poder discrecional del oyente, puedan evaluarlo.
A partir de mi lazo con el Consejo evoco con afecto a Mónica Torres y a
Dudy Bleger presidentes/as durante los dos años de mi gestión.
Para ir finalizando con los agradecimientos quiero resaltar a Eric Laurent
quien siempre tuvo la disponibilidad y la generosidad de prestarse como
interlocutor para poder encauzar de la buena manera las inquietudes
que fueron surgiendo en estos dos años. Junto a él, y a Leonardo
Gorostiza supimos encontrar una buena articulación de las Jornadas de
la EOL en el contexto de la Buenos Aires Lacaniana.
También debo agradecerles a los amigos que siempre estuvieron
dispuestos a conversar acerca de los distintos tópicos que hacen a las
múltiples responsabilidades que recaen sobre el Director.
En otro orden de cosas la buena contingencia hizo que durante esta
gestión se materializara un viejo anhelo nuestro: la compra de nuestra
sede. Fue una tarea que compartimos con Flory Kruger, Graciela
Brodsky, Leonardo Gorostiza y Ricardo Seldes. Pero, nobleza obliga, hay
que agradecerles a Silvia Gutraich y a Ana Maria Zambianchi la
tenacidad puesta en la búsqueda de la casa.
Otra feliz contingencia nos permitió contar, en la última actividad
programada por nosotros, con la presencia de un intelectual de la talla
de Francois Jullien. Fue Glenda Satne la que gestionó conmigo esta
conferencia.
Para concluir con los agradecimientos quiero evocar a los secretarios de
la EOL: Norberto, Darío, Ana y Ezequiel, sin olvidar por supuesto a
Rosita y Karina. Ellos con su trabajo y predisposición facilitan sin dudas
nuestra tarea.
Para ir concluyendo, quiero evocar unas palabras del texto, a veces poco
explorado entre nosotros, de JAM acerca de la Teoría de Turín. Allí nos
recuerda que la Escuela no es una colectividad sin Ideal, sino una
colectividad que sabe lo que es el Ideal, y lo que es la soledad subjetiva.
La Escuela es una suma de soledades subjetivas, y es el sentido de
nuestra formula, “uno por uno”. “En la Escuela, no hay al menos en
principio, una excepción, una excepción solitaria y antinómica con el
conjunto como lo quiere la norma edípica. No hay una excepción, sino
un conjunto, o más bien una serie de excepciones, de soledades
incomparables unas con las otras, todas son soledades estructuradas
como soledades, quiero decir como sujetos barrados, fijados a
significantes amos, y habitados por la extimidad de un plus de gozar de
cada uno. En el marco de la Escuela, estas soledades son tratadas, cada
una como excepciones, y no son sindicalizables”.
Es en esta perspectiva que deseo señalar, que sería bueno tener
presente, que no debemos olvidar, que cada colega que se compromete
con la gestión no es un especialista en la tarea asignada, no es un
técnico asalariado que posee un saber en la tarea que trata de efectuar.
Cada miembro que se acerca a la gestión es un colega, un practicante
del psicoanálisis, una excepción, que ha dispuesto que algunas, o
muchas horas de sus días sean ofrecidas para que la Escuela funcione.
Esta disponibilidad debe merecer todo nuestro respeto.
Debemos tener presente que el trabajo en la gestión siempre tiene y
tendrá errores, hacer es también fallar, equivocarse. Es de esperar que
aquellos que detectan alguna supuesta anomalía no se constituyan en
acalorados denunciantes de la misma sino que traten, en lo posible, de
aportar alguna solución al problema detectado. Una actitud así
contribuirá sin lugar a dudas a mejorar la empresa colectiva que implica
este quehacer.
Si bien lo real de la Escuela sabemos que se articula al Pase, hay en la
gestión algo de un real que se esconde detrás de la realidad que suele
funcionar como semblante.
Estimados colegas, solo me queda, entonces, desearles a Diana
Wolodarsky, nueva Presidente y a Ernesto Sinatra, nuevo Director, lo
mejor para la gestión que hoy comienzan.
Estimados colegas gracias por la confianza dispensada.
Oscar Zack / 19-3-2010
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Palabras del Director Entrante- XIX Asamblea Ordinaria de la
EOL
Estimados amigos: hoy asumo ante ustedes –y para ustedes– la
Dirección de la EOL por los dos próximos años. Es un gusto y una alegría
personal compartir con cada uno de ustedes esta función, cuyos
semblantes soy supuesto encarnar desde este momento…‘Encarnar los
semblantes que denotan una función’, ¡eso suena muy bien! sólo que da
cuenta de un problema: no es posible saber con anticipación cuáles son
los que conviene emplear –es lo que llamamos: el fracaso de la
prevención–, aunque siempre será sencillo a posteriori saber cuáles eran
los necesarios –es decir, una vez realizado el acto se acumula saber
sobre él, explicando su éxito o –sobre todo– las razones de un fracaso (el
famoso: “¡te lo dije!: ¡no era esto sino aquello lo que tenías que hacer!”
dicho siempre tras bambalinas por el partenaire de turno, aunque éste sea
intra-psíquico: el reconocido super-yo). Para evitar ese riesgo (no sólo el
de quedar aislado con la conciencia moral, sino su desinencia preferida:
el hablar solo), supongo que para evitar el monólogo, al Director lo
acompañan en su gestión otros partenaires, quienes también encarnan
variadas funciones: en este caso lo harán Inés Sotelo en Biblioteca; Pablo
Russo en Carteles; Debora Nitzcaner en Secretaría y Celeste Vignal en
Tesorería. Quiero agradecer aquí y ahora la favorable disposición de
Oscar Zack y su equipo: Blanca Sánchez, Deborah Fleischer, Fernando
Vitale y Daniel Millas para propiciar la permutación.
También colaborarán Carlos Rossi a cargo de la Comisión de Internet
(EOL- Postal; pág. Web; Gacetilla Flash); Clarisa Kicillof y Guillermo
López como responsables de Prensa y Difusión; Fernando Vitale, a cargo
de Virtualia, (nuestra Revista digital). Gabriela Camaly, Secretaria Adjunta,
es la responsable de la Dirección de El Caldero de la Escuela –aquí hablo
en presente, ya que gracias a su empeño y el de su equipo contaremos
con un ejemplar del Caldero antes del Congreso de la AMP (en abril
próximo). Angélica Marchesini quedará a cargo de la Colección de
Orientación Lacaniana, con su adjunto: Luis Salamone.
De cada uno de ellos espero un diálogo orientado en la diversidad y
concentrado en un objetivo común: promover la existencia del
psicoanálisis de la Orientación Lacaniana a través de la EOL.
Para ello cuento además –y muy especialmente- con el asesoramiento del
Consejo Estatutario, pero no menos con cada uno de ustedes, ya que es
tiempo de cambios en la AMP y los mismos son vectorizados por la
Escuela Una, tal como Eric Laurent y Leonardo Gorostiza (actual y
próximo presidente de la AMP -respectivamente-) nos han hecho saber en
sus alocuciones recientes, orientadas rumbo al próximo Congreso de la
AMP en abril próximo en París.
Con esta orientación han sido armadas las Noches de la Escuela, las que
–así lo espero- serán apasionantes. En primer lugar, volveremos a las
Noches Clínicas, para retomar el espíritu que animó el inicio de la
Escuela: dos presentaciones por reunión con una coordinación ágil,
dinámica, que apuntará a extraer lo vivo, pero no menos problemático,
que plantea lo real de la experiencia analítica a sus practicantes. Gerardo
Arenas, Claudio Godoy y Aníbal Leserre serán los responsables.
También contaremos nuevamente con las Noches de la orientacion
lacaniana, nuestro verdadero ‘hueso’ epistémico. Esta vez, lo haremos a
partir del Curso de Jacques-Alain Miller: ‘El partenaire-sintoma’,
enfatizando lo que para cada uno de los invitados resonó de su lectura.
Priorizamos, de ese modo, los efectos de formación en cada uno. Silvia
Baudini, Silvia Ons y Fabián Schejtman coordinarán las noches.
Hace un tiempo aprendí de Jean-Claude Millner la diferencia entre forma
asociativa y discurso: la forma asociativa-Escuela de la Orientación
Lacaniana podría perdurar, pero vaciada de la potencia del discurso que
la hizo nacer; por ello la insistencia de Jacques Lacan en hacer existir el
psicoanálisis más allá del confort de los analistas y la actual de Jacques-
Alain Miller en empujar a cada analista a que dé cuenta de la relación que
mantiene con su inconsciente.
En consonancia con ello, en su discurso de candidatura para la función
de Delegado General en Roma –hace ya cuatro años- Eric Laurent situó el
conjunto de problemas que afectaban en la ocasión a nuestras Escuelas a
partir de dos ítems: 1) la existencia de un real en juego en la formación
del analista; 2) la transmisión del discurso analítico en la civilización. A
continuación hizo referencia a la necesidad de una ‘renovación
generacional’, a partir de los siguientes rasgos:
Confianza en los jóvenes
Desplazamiento del peso gerontocrático
Creación de nuevos vínculos de trabajo más allá de los ritos establecidos
Reducción de los semblantes
Se promovía así –hace ya cuatro años- la incorporación de los jóvenes
analistas en el psicoanálisis aplicado a la terapéutica. En consonancia
con ello, la actual convocatoria a los ‘recién llegados’ propiciada por
Jacques-Alain Miller agitó en mí tales palabras de Laurent y un recuerdo
(que me ha sido evocado gracias a una intervención de Pablo Russo en
una Noche de Cine en la EOL).
Hace ya dieciocho años, en la resolución de los debates del ‘Movimiento
hacia la Escuela’, cuando se trataba de decidir su fundación se produjo
un momento de impasse en la discusión. Se vacilaba en torno del
momento de concluir: algunos de los integrantes del llamado ‘grupo de
los 21’1 discutía entre sí blandiendo argumentos y contra-argumentos que
transportaban tanto el deseo de fundar en conjunto una Escuela -Una-,
como también el deseo contrario, animado por enconos y antagonismos
históricos que diferenciaban a cada uno según el grupo analítico al que
pertenecía. La desconfianza hacia el semejante prevalecía y se le pedían
al otro garantías de su proceder futuro. Pensé en aquel momento que
parecía que cada uno confiaba sólo en sí mismo y en sus ‘dobles
narcisistas’: es decir, en los que pertenecían a su mismo grupo. Ya había
fracasado el tiempo de las alianzas en el que algunos -grupos- habían
intentado la formación de una Escuela negociando con algunos a
espaldas de otros. Pero en ese momento, todos estábamos en el Campo
Freudiano: mezclados unos y otros. Con una inicial dificultad,
tembloroso, pero con energía, intervine para proponer que ya no era
tiempo de pedirle garantías al Otro sino de ofrecerlas nosotros;
recordando –con Marcel Mauss- que la aporía de las garantías ofrecidas
es que obligan a quienes la reciben a una contra-presentación.
1 Representantes de los diferentes grupos psicoanalíticos del Campo Freudiano en la Argentina, reunidos
para formar la Escuela
Poco después, gracias a la intervención decidida de otros colegas, con la
confianza de muchos, todos mezclados, se decidió la fundación de la
EOL. Allí, EROS pudo más que TANATOS. La confianza, entonces, primó.
Para esa misma época había participado de un proyecto inusual. Dos
integrantes de grupos “antagónicos” –según se los denominaba– más un
independiente, nos encontramos por sugerencia de Jacques-Alain Miller
quien confió en nosotros para intentar lo que hasta el momento parecía
imposible: a partir de la experiencia obtenida en nuestros grupos de
origen, conformar un agrupamiento trans-grupal –en nombre, ahora, de la
Escuela en formación- y en la perspectiva del Instituto del Campo
Freudiano. Ese proyecto lleva ya 18 años y es una red Internacional: TYA.
El entusiasmo nos anudó en un lazo amistoso a partir de una
transferencia de trabajo: la confianza –nuevamente– balizó aquel
encuentro.
Esos dos acontecimientos marcaron mi vida, ya que allí no sólo
enmarcaron mi pertenencia a la Escuela sino mi compromiso decidido
con la orientación lacaniana. Allí también aprendí que la confianza es el
elemento esencial para construir el lazo asociativo, como asimismo que
ella no puede imponerse; ya que confianza y desconfianza son efectos
subjetivos, respuestas de cada uno a lo que supone le viene del Otro.
Hace tiempo me referí a una amistad diferente como un modo de designar
el lazo particular que soñaba entre los integrantes de nuestra comunidad;
así me interrogaba si podríamos considerar a la Escuela de Lacan como
una comunidad de amigos, no a partir de un pacto establecido a partir de
una conveniencia social, sino de un amistoso respeto por lo heteros, por
las diferencias ineliminables que hay en cada uno, para intentar -como
decía el Dr. Lacan- pensar cada uno contra sí mismo con los otros. Para
esa amistad diferente supuse una condición: el vaciado del goce del Otro
en cada Uno (es decir, vaciar el peso de los fantasmas); así la extimidad
surge como estructurante de la subjetividad. Estaba intentando nombrar
el efecto anti-segregativo causado por la deflación del Otro en Uno.
Me doy cuenta ahora, de que en ese momento estaba hablando desde mí,
desde lo que se estaba produciendo en mi propio análisis como un efecto
mayor. Pero aun así, años después, hoy me sigue gustando esa utópica
definición de amistad y pretendo emplearla en esta gestión. Por ello los
invito a compartirla con nosotros durante este período.
Mis amigos: muchas gracias.
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