Sergio Larriera y Joaquín Caretti presentaron el libro de Juan Pundik “La vida medicada”. El ataque a la subjetividad, en la ELP-NUCEP, Madrid.
Escrito por: evelio47 el 14 May 2009 – URL Permanente

Pundik y Blas

Sergio Larriera, Joaquín Caretti y Juan Pundik

La vida medicada

El estrés, la angustia y la depresión…
1. INTRODUCCIÓNEstoy por cumplir 72 años, llevo más de 40 años de experiencia profesional en los que he ayudado a miles de personas a salir de sus estados de malestar, no sólo de ánimo o psíquicos, sino también somáticos. No es habitual que las personas consulten a un psicoanalista por malestar somático. Pero si fue este mi caso. Tuve una adolescencia con intermitentes malestares abdominales que condujeron a que los médicos me extrajeran un apéndice sano, años después fui sometido a un tratamiento, como resultado esta vez de un diagnóstico de úlcera duodenal, y finalmente, años más tarde, a otro tratamiento por padecer, según las pruebas médicas y el respectivo diagnóstico, de vesícula acodada. A mis 26 años, mi mujer Marta, estaba embarazada de seis meses de nuestro primer hijo. Comencé nuevamente a padecer de dolores abdominales. Consulté entonces a un prestigioso gastroenterólogo que, luego de hacerme todas las pruebas que correspondían, me dio su definitorio diagnóstico: “No tenés nada orgánico, pibe. Nunca tuviste nada orgánico. Andá a ver a un psicoanalista”. Obediente a la incontrovertible sabiduría médica consulté inmediatamente a un psicoanalista e inicié el primero de mis psicoanálisis. Salvo una historia posterior de negligencia médica, de la cual fui inconscientemente cómplice, y alguna consulta puntual de poca importancia, no volví a enfermarme ni a consultar médicos ni a tomar medicación. Y también conseguí preservar a mis hijos de los riesgos iatrogénicos de la medicina oficial, sus medicaciones e intervenciones quirúrgicas… ENLACES: