La producción del síntoma en la clínica con niños
El pasado fin de semana la NEL Cali tuvo la buena fortuna de contar con la presencia de Silvia Salman quien puso en acto el pensar la clínica con niños a la luz de la última enseñanza de Lacan. Si bien el título del seminario era La producción del síntoma en la clínica con niños ella puso el acento en el producir más que en la producción. Producir el síntoma en la clínica con niños implica al analista, implica su deseo y pone en primer plano su ética.
En su conferencia Del niño como síntoma al síntoma en el niño hizo dialogar las “Dos notas sobre el niño” con el Seminario “El sinthome” de Lacan. Sea cual sea la posición de síntoma que el niño ocupe, Salman destacó que en ambos lugares el niño está en posición de objeto. Estar en posición de síntoma implica que no se está en función de una causa propia sino prisionero de la causa del Otro.
Por el contrario, producir un síntoma es producir la posibilidad de un funcionamiento propio y esta es la labor ineludible del psicoanalista. Reducir el pathos atado al síntoma permite aislar lo que queda de él: su funcionamiento. Producir un modo de funcionamiento propio es una invención. Ya que el síntoma está en relación con la inexistencia del Otro, con la falla del Otro, el síntoma es la respuesta y la invención de cada cual a dicha falla. Producir el síntoma es producir la singularidad del sujeto, pero para que esto sea posible es necesario que se produzca un deslinde del Otro, una separación. La labor del analista es incitar al sujeto a pasar por el buen agujero de lo que le es ofrecido como de más singular.
En la clínica con niños hay que lograr que el niño construya su singularidad, que se separe de la causa del Otro, para que en función de su propia causa pueda armar su neurosis. El encuentro de un niño con un terapeuta es sumamente delicado ya que hasta la adolescencia encuentros contingentes pueden producir fijaciones libidinales. Este encuentro puede dejar marcas. Por eso la neutralidad de sentido con la que se debe operar, la neutralidad subjetiva, no debe implicar la neutralidad de un deseo cuyo fin es la producción de la diferencia absoluta.
Su conferencia El relieve del síntoma transita entre la dimisión paterna, el esfuerzo por hacerse a un nombre y la invención. La función del padre es esencial más no en el sentido de Freud. La carencia del padre mostrada por Lacan en cuanto inoperante para nombrar el todo del goce, hace que se tenga que inventar algo. Salman puntúo que la misión del padre en el mundo es la de enseñar la comunicación, la de permitir al sujeto enredarse en un lenguaje que le permita entenderse y comunicarse con los otros. Es el lazo el que asegura la comunicación y es el padre quien permite la articulación de S1 con S2, es decir, quien asegura el sentido. Esto cobra especial importancia en la práctica con niños, pues primero es necesario dejarse enredar por el padre para volverse neurótico. El analista a veces toma el relevo del padre en el sentido de ocupar esa función que permite elaborar un sentido. El analista asiste a ese punto donde el S1 se anuda al S2; se trabaja en pos de que un niño pueda construir ese lazo para armar el fantasma que asegura la relación al Otro. En el análisis con un adulto se trabajará en un sentido totalmente inverso. Encontrar con qué hace lazo el sujeto es esencial para construir el lazo transferencial.
En cuanto a la invención, esta se refiere a un nuevo uso de lo más antiguo de sí. La invención es creación pero a partir de los materiales existentes. Y ¿cuáles son esos materiales existentes sino esas palabras que han acontecido en el cuerpo, lalengua recibida y elegida?
Finalmente la conferencia La relación con un deseo que no sea anónimo fue el recorrido por la función feliz de la paternidad: La de encarnar la ley en el deseo, el costado humano de un deseo que no es ni puro, ni universal, ni anónimo. Esta función del padre conectada por Lacan con la posición del analista puso el acento en el análisis personal como indispensable en la formación. Un sujeto deseante ocupa una posición totalmente opuesta a la que ocupa en el fantasma, pues está ligado a una causa, a un vacio, a un no-hay. Así, un analista es un sujeto que no desconoce el objeto que lo causa y quien puede reintegrar eso irreductible como causa.
La nueva figura del padre que no se deja engañar por la metáfora paterna y que está advertido del objeto irreductible que lo determina, ese padre vivo que autoriza a desear, es el analista en cuanto ha ido lo suficientemente lejos en la realización de su deseo como para reintegrarlo a su causa.
Por último en la discusión de un caso clínico de nuestra asociada Claudia Giraldo pudimos apreciar su tacto, fineza y gran saber clínico.
En nombre del directorio y de todos quienes conformamos la NEL Cali agradecemos a Silvia Salman su generosidad y rigor en el trabajo realizado. También la dosis de esperanza y de fuerza que ha dejado en todos nosotros. Con su estilo vigoroso, amable, fresco y alegre hizo resonar en nuestra sede una enseñanza viva característica de aquellos que han logrado una voz propia.
Gladys Martínez
Secretaria del Directorio de la NEL Cali
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