Reseña de Congreso AMP2010 Primera Jornada Por Ana Viganó
Primer día: Aggiornamento della Passe I Ouverture du congrés La sala estaba llena. Y también los salones que retrasmitían en video las alternativas del evento “como en los videojuegos, mejor que en la vida real” tal como bromearía más tarde Eric Laurent. Las 2 primeras jornadas serían plenarias, y por eso estábamos todos allí expectantes, animados. Saludos en los pasillos, noticias de volada, acuerdos para verse en quien sabe qué momento del congreso… inevitables y más aún necesarias escenas del encuentro,- también social, en el mejor sentido-, retrasaron sólo unos minutos el comienzo –lo cual, me animo a decir, es de por sí un buen comienzo. La apertura la hicieron formal y concisamente Judith Miller, Eric Laurent y Luis Solano para dar lugar a una sorpresa, de entrada: Mitra Kadivar está sentada con ellos en el escenario, para hacer una presentación. Se pregunta ¿por qué hacer congresos? Y su ponencia gira en torno de la importancia y el interés político que tienen los congresos, dando cuenta de su propio paso personal desde el discurso médico-científico al discurso analítico, y la particularidad que así toman nuestros congresos, leyendo lo que “no se lee en las radiografías” y haciendo de eso lo esencial del trabajo.
Téimognages des AE [ 1 ] A continuación, Jacques-Alain Miller presidiría la primera mesa de testimonios de AE con algunos cambios en el orden de las exposiciones, ajustando las cosas para un mejor trabajo aunque ello presentara diferencias de lo escrito en el programa, porque el ajuste lo valía –detalle sutilmente apropiado en estos tiempos del debate. J-A Miller abre el juego advirtiéndonos de que algunos podrían estar acostumbrados a escuchar testimonios de pase, pero que cada vez que esto sucede tiene algo de excepciona., A su vez, vaticinaba una incidencia de este trabajo que así comenzaba, en los análisis en curso. Los testimonios tienen el valor de respuesta subversiva a la política de la evaluación, justamente por no concebirse como modelos, sino especialmente por destacar aquello que hace a cada uno, singular. No hay un plan previo, los testimonios suceden por la decisión de quienes han hecho el pase, y la contingencia los reúne. Podrían tomarse sociológicamente como un modo demostrativo del tipo “cómo se hace un análisis hoy” y, si bien es una perspectiva, no es la que J-A Miller quiso destacar. Para nosotros no es ése el eje central de la cuestión sino que siempre se trata de lo más singular de cada AE y de cómo eso de lo más singular del, otro llega a cada uno de nosotros en la Escuela –a mi entender todo un programa, del complejo lazo que nos une en la Escuela. Considerando la política de la enunciación y sin restar ni un milímetro la importancia de los testimonios de AE, este programa se convierte en una brújula de otras formas de trasmisión posibles de enmarcarse en esta política, en el marco de una transferencia de trabajo- ¿En qué nos toca? ¿En qué nos concierne? –se preguntaba en voz alta Miller, para hacernos resonar a cada uno de nosotros esa pregunta. Escucharemos autodiagnósticos, si se quiere un texto de autoclínica nos dijo también. No escucharemos trabajos clínicos sino el trabajo clínico de un analizante, que aparece como ex analizante en esta apuesta. Son testimonios de la época del sinthome –me deja pensando: qué oposición interesante la de la época del Otro que no existe del lado de la época en sentido más filosófico del término, por decirlo de algún modo, y la época del sinthome del lado de la Escuela. Pues decirlo así implica reformular no sólo la consideración del fin de análisis y la dirección de la cura, sino también repensar al menos la noción de época, haciendo consistir algún modo de época que no implique necesariamente un olvido de la castración- Miller, que nunca abandona su labor docente, nos enseña otra vez: ¿cuál es la perspectiva del sinthome? Cuando habamos de la travesía del fantasma situamos una reducción de lo imaginario; en lugar de los personajes imaginarios de la vida de cada sujeto surgen funciones que pueden aparecer abstractas; y sí, esa reducción siempre es deseable que ocurra. Pero tales funciones no son imaginarias, son algo concreto, pues de ellas se desprende un modo de goce, como invariable. Ahora quedaba muy claro que Los AE que presentarían su testimonio, tienen la misma forma de gozar, invariable, aún a la salida de sus análisis. Pero sin dudas, hay mejoría verificable en el acceso a cierta satisfacción que así producido, permite a la vez que estos analizantes puedan pasar como analistas, que hagan ese paso y que la Escuela nombra como tal. Entonces, ¿cómo esa mejoría se inscribe respecto de lo invariable? ¿Un cambio de régimen, de intensidad, un desplazamiento? Siempre difícil de explicar, Miller dio la palabra a los recientemente nominados AE, de los que esperábamos escuchar los distintos modos en que sucedió ese paso para cada uno de ellos. Comenzó la secuencia el testimonio de Angelina Harari (EBP) Un análisis de 32 años, con 3 analistas diferentes, planteaba un reto a la hora de trasmitirse. Tituló su presentación “Socios en singular” y la cuestión giraba en torno de una cuestión crucial: Cómo hacer pareja. “O casada o nada, entonces nada”, una (falsa) opción que fue declinando de diferentes maneras en la historia subjetiva incluyendo, como no podía ser de otra manera, la relación con el partenaire analista. La perspectiva del no-todo, se verificaba de esta forma como un no-toda mujer se satisface con un hombre. El cambio respecto del goce adquiere en este caso la afectación de una modalidad lógica: lo que se cambió es el signo que se pone por delante (en términos lógicos podría ser necesario, imposible, contingente, etc) Una vez más J-A Miller lo grafica con su siempre tan bienvenida claridad: es como un semáforo -nos dice-; el palo es siempre el mismo, lo que va cambiando es el color de las luces. Siguió el testimonio de Sergio Passos Ribero do Campos (EBP “Atravesamiento-travesura del sinthome”) quien con un orden limpio y puntilloso presentó su historia en capítulos –de la que él pudo decir, sin que estuviera escrito en su testimonio, que era una histeria-, de tal modo que permitió bromear a Miller sobre la histeria supuesta por el colega en oposición al estilo de la presentación que presumía su prolijidad, en un clima de muy cordial conversación. En este caso, la versión de su confrontación con lo real de la mujer tomó la forma de “imposible de comprenderla”, para dar lugar a un poder “amarla, sin comprenderla” Nos dijo además, que el pase hay que pagarlo, y él pagaba con gusto el poder reírse de sí mismo, y el modo en que descubrió –aclarando que para él se trata más de descubrir que de inventar- su sinthome, permitiéndole pasar “de la infancia a la infantería; de los soldaditos de plomo al guerrero conciente” “Antes un niño cargaba a un hombre; hoy un hombre carga un niño” Gustavo Stiglitz (EOL) ubicaba cómo el analista está siempre dispuesto a adoptar un semblante para que el analizante “no se entretenga con la tontería de su goce” y logró situar esta posición en su propio análisis, haciendo particular énfasis en su último análisis y su particularidad transferencial. El significante “payaso” daría en el clavo desde la primera entrevista con un nuevo analista, luego de la muerte de su analista anterior, para permitir efectuar el trabajo que lo conduce hasta el final. Si la insistencia fantasmática se ubicaba en este caso del lado de la exclusión (“fuera de lugar” “sabía que no iba a estar a la altura”) la solución se presenta del lado de una transformación, un deslizamiento de lo “excluido” a lo “heterogéneo”, en tanto una diferencia, un rasgo distinto, pero adentro. La perspective du reste La tarde tomó otra forma, no testimonial en sentido estricto o reservado a nuestro uso del término- aunque pueden considerarse testimoniales en sentido común, ampliado del término- Comenzó Marcela Almanza (NEL-Delegación México D.F.) con “Elogio de la sombra” nombre de su trabajo que le viene –en tanto valor de mensaje invertido- del Otro que es la Escuela y que ella reconoce como “caja de resonancias” a través de sus respuestas. Marcela nos habla de sus sueños, y de cómo una pesadilla fijada a un modo particular de su goce, va siendo transformada en un nuevo saber, y un nuevo saber hacer que permite colocar las piedras fundamentales de lo que hoy es la NEL-Delegación México D.F. El sueño de un nombre, el compromiso de un trabajo decidido y una nueva forma de resolver la problemática del amor se conjugan en una potente trasmisión de los efectos subjetivos de un análisis. “¿Por qué un análisis?”- se pregunta- “Porque se ocupa de lo no evidente” y allí las sombras y el goce escópico del que nos habla, cobran todo su valor. Miller destacó la importancia de la creación de una Institución del Campo Freudiano en México y de cómo, para que esto suceda y suceda de la buena manera, es necesario que alguien sueñe: “que alguien sueñe y cuente sus sueños”, pasando por una sublimación luego en el sueño, haciendo de la pesadilla “un sueño benéfico para todos” Clotilde Leguil (ECF) nos habló de la “Précarité de la fin de l´analyse” Allí plantea el valor del testimonio del pase oponiéndolo a cualquier impulso narcisista yoico basado en el espíritu de una época que convoca a hablar de la intimidad en público. De tal forma sitúa una respuesta subversiva a esta convocatoria, en tanto el testimonio habla con delicadeza y con pudor. Propone conservar muy cuidadosamente la precariedad que ubica como esencial en la lógica del fin de análisis del lado de lo único, lo no reproducible al modo de la época. A esta precariedad la ubica en un descubrimiento que nombra como “Tú, que te creías un bello sujeto que habla, no eres más que una sustancia gozante” Y sugiere reflexionar sobre la actual temporalidad -y función de dar testimonio durante ese tiempo- de los AE de la Escuela, bajo esta perspectiva. Propone, incluso, debatir la reducción cuantitativa al menos de los testimonios. Ricardo Nepomiachi (EOL) continuó con su aporte “De entrada, el horizonte del fin” y apuntó a lo que figura en el centro del debate actual en su Escuela (EOL) : la política de las admisiones con el horizonte del pase. Si en la Escuela se trata de sostener la pregunta por “qué es un analista?”, sin lugar para ninguna respuesta identitaria, ¿de qué modo esta perspectiva se verificaría en el ingreso a las Escuelas? Luego de revisar con detalle el principio de que el analista se autoriza de sí mismo… y de algunos otros, consideró el lugar de las autoridades como aquellas que ocupan el lugar de ese “algunos otros” De esta forma, a ellas les compete reconocer en la enunciación el modo en que la soledad de cada analizante postulante se articula con su demanda de ingreso. En este punto, Nepomiachi retoma una referencia de Miller en la que indica que sobre esta cuestión no se trata tanto de reconocer como de promover, para enlazarlo a lo que ha sido su experiencia como “recién llegado” a la Escuela, hace 30 años. Y señala: “no se nos hizo esperar para formar parte de esta aventura psicoanalítica”, para concluir con una contundente invitación a “que el provenir se realice desde ya” La nouvelle Alliance Osvaldo Delgado (EOL), presentado como “nuestro universitario máximo defendiendo la causa del psicoanálisis” en Buenos Aires presentó su trabajo “Dar el paso interminable”, un meticuloso estudio sobre la noción de terminable e interminable en la obra de Freud y su continuidad y discontinuidad en la enseñanza de Lacan. Señaló que para Freud el análisis es terminable e interminable, que no es lo mismo que terminable o interminable. Para los analistas, el análisis es interminable, y esto no contradice la pluma de Freud en tanto la aptitud de analista es una tarea permanente. Sobre el final del texto, Lacan aparece como necesario, iluminando precisamente este aspecto en que la pulsión de muerte freudiana es lo real en tanto puede ser pensada como lo imposible, privilegiando el lugar del analista encarnando al/a lo extraño. Phillippe de Georges (ECF) leyó “Du mouvement comme nécessité” partiendo de la propuesta de pensar el pase de mañana. De tal forma puso a consideración, retomando las discusiones del JJ, el cartel, la garantía y el pase trípode -en este sentido- de la Escuela, por lo cual su ponencia trajo puntuales preguntas y precisiones sobre qué tipo de lazo social anima a la Escuela. ¿Qué lazo es posible sin aplastarse con identificaciones horizontales o verticales? ¿Es posible esperar una Escuela de la desidentificación? Queda abierto al debate, que prosigue. Lieve Billiet (NLS) titula su ponencia “Sortir du noir” y trabaja sobre la opacidad, ubicada en una “mancha negra” con la que tiene que dar muchas vueltas y vueltas dichas en su análisis, y cómo esta opacidad va delimitando ciertos modos de respuesta, en las declinaciones que toma el padre. Y cómo diferentes momentos de análisis van precipitando conclusiones y consecuencias también distintas. Así, un tiempo en el que el sentimiento de culpabilidad había sido racionalizado por el trabajo analítico sin dejar ver allí su núcleo de goce, es conmovido más tarde por el deseo del analista. Juan Carlos Indart (EOL) titula el texto “S(A) et l´´Ecole Une” Allí nos dice que se alegró con los debates actuales centrados en la política de la enunciación, pero que esto no lo sorprendió ya que Lacan incluso antes de pensar el dispositivo del pase, indicó el nudo entre psicoanálisis en intensión y en extensión. Así, precisó que ninguna Escuela debe enviar a sus analistas a la extraterritorialidad sin una clara referencia política, en primer lugar porque el discurso en el que se insertan sí la tiene. Sin esta orientación, la Escuela puede parecer abierta, pero se cierra; puede parecer despierta, pero termina durmiéndose. En tal dirección propuso que lo único a lo que no se puede renunciar siguiendo la enseñanza de Lacan es esta consideración del nudo entre psicoanálisis en intensión y en extensión, dejando un gran espacio de discusión abierto, cuestión que retomó en su comentario Leonardo Gorostiza, especial y espontáneamente invitado por JA Miller a participar de esa mesa. Asimismo, lanzó otra propuesta que junto con la anterior se discutirán debidamente en la Asamblea: nominar al propio Jacques-Alain Miller como AE de la Escuela Una, fundado en lo que según él ha significado y significa, respecto de este nudo que presenta como esencial e irrenunciable. Finalmente, Aurélie Pfauwadel presentó su trabajo “De la souplesse pour la passe” en el cual planteó algunas propuestas para discutir sobre el pase y especialmente su trasmisión, incluso más allá de los testimonios. Sugierió que todos los actores tengan una responsabilidad activa en la trasmisión de lo que allí sucede, considerando a los pasadores y al cartel mismo del pase. JA Miller invitó a Aurélie a concurrir en calidad de asistente a la Asamblea –a pesar de que no es miembro de la AMP- puesto que su contribución será discutida también en ése, el espacio de la gran conversación de la Escuela Una.
Primer día: Aggiornamento della Passe I Ouverture du congrés La sala estaba llena. Y también los salones que retrasmitían en video las alternativas del evento “como en los videojuegos, mejor que en la vida real” tal como bromearía más tarde Eric Laurent. Las 2 primeras jornadas serían plenarias, y por eso estábamos todos allí expectantes, animados. Saludos en los pasillos, noticias de volada, acuerdos para verse en quien sabe qué momento del congreso… inevitables y más aún necesarias escenas del encuentro,- también social, en el mejor sentido-, retrasaron sólo unos minutos el comienzo –lo cual, me animo a decir, es de por sí un buen comienzo. La apertura la hicieron formal y concisamente Judith Miller, Eric Laurent y Luis Solano para dar lugar a una sorpresa, de entrada: Mitra Kadivar está sentada con ellos en el escenario, para hacer una presentación. Se pregunta ¿por qué hacer congresos? Y su ponencia gira en torno de la importancia y el interés político que tienen los congresos, dando cuenta de su propio paso personal desde el discurso médico-científico al discurso analítico, y la particularidad que así toman nuestros congresos, leyendo lo que “no se lee en las radiografías” y haciendo de eso lo esencial del trabajo.
Téimognages des AE [ 1 ] A continuación, Jacques-Alain Miller presidiría la primera mesa de testimonios de AE con algunos cambios en el orden de las exposiciones, ajustando las cosas para un mejor trabajo aunque ello presentara diferencias de lo escrito en el programa, porque el ajuste lo valía –detalle sutilmente apropiado en estos tiempos del debate. J-A Miller abre el juego advirtiéndonos de que algunos podrían estar acostumbrados a escuchar testimonios de pase, pero que cada vez que esto sucede tiene algo de excepciona., A su vez, vaticinaba una incidencia de este trabajo que así comenzaba, en los análisis en curso. Los testimonios tienen el valor de respuesta subversiva a la política de la evaluación, justamente por no concebirse como modelos, sino especialmente por destacar aquello que hace a cada uno, singular. No hay un plan previo, los testimonios suceden por la decisión de quienes han hecho el pase, y la contingencia los reúne. Podrían tomarse sociológicamente como un modo demostrativo del tipo “cómo se hace un análisis hoy” y, si bien es una perspectiva, no es la que J-A Miller quiso destacar. Para nosotros no es ése el eje central de la cuestión sino que siempre se trata de lo más singular de cada AE y de cómo eso de lo más singular del, otro llega a cada uno de nosotros en la Escuela –a mi entender todo un programa, del complejo lazo que nos une en la Escuela. Considerando la política de la enunciación y sin restar ni un milímetro la importancia de los testimonios de AE, este programa se convierte en una brújula de otras formas de trasmisión posibles de enmarcarse en esta política, en el marco de una transferencia de trabajo- ¿En qué nos toca? ¿En qué nos concierne? –se preguntaba en voz alta Miller, para hacernos resonar a cada uno de nosotros esa pregunta. Escucharemos autodiagnósticos, si se quiere un texto de autoclínica nos dijo también. No escucharemos trabajos clínicos sino el trabajo clínico de un analizante, que aparece como ex analizante en esta apuesta. Son testimonios de la época del sinthome –me deja pensando: qué oposición interesante la de la época del Otro que no existe del lado de la época en sentido más filosófico del término, por decirlo de algún modo, y la época del sinthome del lado de la Escuela. Pues decirlo así implica reformular no sólo la consideración del fin de análisis y la dirección de la cura, sino también repensar al menos la noción de época, haciendo consistir algún modo de época que no implique necesariamente un olvido de la castración- Miller, que nunca abandona su labor docente, nos enseña otra vez: ¿cuál es la perspectiva del sinthome? Cuando habamos de la travesía del fantasma situamos una reducción de lo imaginario; en lugar de los personajes imaginarios de la vida de cada sujeto surgen funciones que pueden aparecer abstractas; y sí, esa reducción siempre es deseable que ocurra. Pero tales funciones no son imaginarias, son algo concreto, pues de ellas se desprende un modo de goce, como invariable. Ahora quedaba muy claro que Los AE que presentarían su testimonio, tienen la misma forma de gozar, invariable, aún a la salida de sus análisis. Pero sin dudas, hay mejoría verificable en el acceso a cierta satisfacción que así producido, permite a la vez que estos analizantes puedan pasar como analistas, que hagan ese paso y que la Escuela nombra como tal. Entonces, ¿cómo esa mejoría se inscribe respecto de lo invariable? ¿Un cambio de régimen, de intensidad, un desplazamiento? Siempre difícil de explicar, Miller dio la palabra a los recientemente nominados AE, de los que esperábamos escuchar los distintos modos en que sucedió ese paso para cada uno de ellos. Comenzó la secuencia el testimonio de Angelina Harari (EBP) Un análisis de 32 años, con 3 analistas diferentes, planteaba un reto a la hora de trasmitirse. Tituló su presentación “Socios en singular” y la cuestión giraba en torno de una cuestión crucial: Cómo hacer pareja. “O casada o nada, entonces nada”, una (falsa) opción que fue declinando de diferentes maneras en la historia subjetiva incluyendo, como no podía ser de otra manera, la relación con el partenaire analista. La perspectiva del no-todo, se verificaba de esta forma como un no-toda mujer se satisface con un hombre. El cambio respecto del goce adquiere en este caso la afectación de una modalidad lógica: lo que se cambió es el signo que se pone por delante (en términos lógicos podría ser necesario, imposible, contingente, etc) Una vez más J-A Miller lo grafica con su siempre tan bienvenida claridad: es como un semáforo -nos dice-; el palo es siempre el mismo, lo que va cambiando es el color de las luces. Siguió el testimonio de Sergio Passos Ribero do Campos (EBP “Atravesamiento-travesura del sinthome”) quien con un orden limpio y puntilloso presentó su historia en capítulos –de la que él pudo decir, sin que estuviera escrito en su testimonio, que era una histeria-, de tal modo que permitió bromear a Miller sobre la histeria supuesta por el colega en oposición al estilo de la presentación que presumía su prolijidad, en un clima de muy cordial conversación. En este caso, la versión de su confrontación con lo real de la mujer tomó la forma de “imposible de comprenderla”, para dar lugar a un poder “amarla, sin comprenderla” Nos dijo además, que el pase hay que pagarlo, y él pagaba con gusto el poder reírse de sí mismo, y el modo en que descubrió –aclarando que para él se trata más de descubrir que de inventar- su sinthome, permitiéndole pasar “de la infancia a la infantería; de los soldaditos de plomo al guerrero conciente” “Antes un niño cargaba a un hombre; hoy un hombre carga un niño” Gustavo Stiglitz (EOL) ubicaba cómo el analista está siempre dispuesto a adoptar un semblante para que el analizante “no se entretenga con la tontería de su goce” y logró situar esta posición en su propio análisis, haciendo particular énfasis en su último análisis y su particularidad transferencial. El significante “payaso” daría en el clavo desde la primera entrevista con un nuevo analista, luego de la muerte de su analista anterior, para permitir efectuar el trabajo que lo conduce hasta el final. Si la insistencia fantasmática se ubicaba en este caso del lado de la exclusión (“fuera de lugar” “sabía que no iba a estar a la altura”) la solución se presenta del lado de una transformación, un deslizamiento de lo “excluido” a lo “heterogéneo”, en tanto una diferencia, un rasgo distinto, pero adentro. La perspective du reste La tarde tomó otra forma, no testimonial en sentido estricto o reservado a nuestro uso del término- aunque pueden considerarse testimoniales en sentido común, ampliado del término- Comenzó Marcela Almanza (NEL-Delegación México D.F.) con “Elogio de la sombra” nombre de su trabajo que le viene –en tanto valor de mensaje invertido- del Otro que es la Escuela y que ella reconoce como “caja de resonancias” a través de sus respuestas. Marcela nos habla de sus sueños, y de cómo una pesadilla fijada a un modo particular de su goce, va siendo transformada en un nuevo saber, y un nuevo saber hacer que permite colocar las piedras fundamentales de lo que hoy es la NEL-Delegación México D.F. El sueño de un nombre, el compromiso de un trabajo decidido y una nueva forma de resolver la problemática del amor se conjugan en una potente trasmisión de los efectos subjetivos de un análisis. “¿Por qué un análisis?”- se pregunta- “Porque se ocupa de lo no evidente” y allí las sombras y el goce escópico del que nos habla, cobran todo su valor. Miller destacó la importancia de la creación de una Institución del Campo Freudiano en México y de cómo, para que esto suceda y suceda de la buena manera, es necesario que alguien sueñe: “que alguien sueñe y cuente sus sueños”, pasando por una sublimación luego en el sueño, haciendo de la pesadilla “un sueño benéfico para todos” Clotilde Leguil (ECF) nos habló de la “Précarité de la fin de l´analyse” Allí plantea el valor del testimonio del pase oponiéndolo a cualquier impulso narcisista yoico basado en el espíritu de una época que convoca a hablar de la intimidad en público. De tal forma sitúa una respuesta subversiva a esta convocatoria, en tanto el testimonio habla con delicadeza y con pudor. Propone conservar muy cuidadosamente la precariedad que ubica como esencial en la lógica del fin de análisis del lado de lo único, lo no reproducible al modo de la época. A esta precariedad la ubica en un descubrimiento que nombra como “Tú, que te creías un bello sujeto que habla, no eres más que una sustancia gozante” Y sugiere reflexionar sobre la actual temporalidad -y función de dar testimonio durante ese tiempo- de los AE de la Escuela, bajo esta perspectiva. Propone, incluso, debatir la reducción cuantitativa al menos de los testimonios. Ricardo Nepomiachi (EOL) continuó con su aporte “De entrada, el horizonte del fin” y apuntó a lo que figura en el centro del debate actual en su Escuela (EOL) : la política de las admisiones con el horizonte del pase. Si en la Escuela se trata de sostener la pregunta por “qué es un analista?”, sin lugar para ninguna respuesta identitaria, ¿de qué modo esta perspectiva se verificaría en el ingreso a las Escuelas? Luego de revisar con detalle el principio de que el analista se autoriza de sí mismo… y de algunos otros, consideró el lugar de las autoridades como aquellas que ocupan el lugar de ese “algunos otros” De esta forma, a ellas les compete reconocer en la enunciación el modo en que la soledad de cada analizante postulante se articula con su demanda de ingreso. En este punto, Nepomiachi retoma una referencia de Miller en la que indica que sobre esta cuestión no se trata tanto de reconocer como de promover, para enlazarlo a lo que ha sido su experiencia como “recién llegado” a la Escuela, hace 30 años. Y señala: “no se nos hizo esperar para formar parte de esta aventura psicoanalítica”, para concluir con una contundente invitación a “que el provenir se realice desde ya” La nouvelle Alliance Osvaldo Delgado (EOL), presentado como “nuestro universitario máximo defendiendo la causa del psicoanálisis” en Buenos Aires presentó su trabajo “Dar el paso interminable”, un meticuloso estudio sobre la noción de terminable e interminable en la obra de Freud y su continuidad y discontinuidad en la enseñanza de Lacan. Señaló que para Freud el análisis es terminable e interminable, que no es lo mismo que terminable o interminable. Para los analistas, el análisis es interminable, y esto no contradice la pluma de Freud en tanto la aptitud de analista es una tarea permanente. Sobre el final del texto, Lacan aparece como necesario, iluminando precisamente este aspecto en que la pulsión de muerte freudiana es lo real en tanto puede ser pensada como lo imposible, privilegiando el lugar del analista encarnando al/a lo extraño. Phillippe de Georges (ECF) leyó “Du mouvement comme nécessité” partiendo de la propuesta de pensar el pase de mañana. De tal forma puso a consideración, retomando las discusiones del JJ, el cartel, la garantía y el pase trípode -en este sentido- de la Escuela, por lo cual su ponencia trajo puntuales preguntas y precisiones sobre qué tipo de lazo social anima a la Escuela. ¿Qué lazo es posible sin aplastarse con identificaciones horizontales o verticales? ¿Es posible esperar una Escuela de la desidentificación? Queda abierto al debate, que prosigue. Lieve Billiet (NLS) titula su ponencia “Sortir du noir” y trabaja sobre la opacidad, ubicada en una “mancha negra” con la que tiene que dar muchas vueltas y vueltas dichas en su análisis, y cómo esta opacidad va delimitando ciertos modos de respuesta, en las declinaciones que toma el padre. Y cómo diferentes momentos de análisis van precipitando conclusiones y consecuencias también distintas. Así, un tiempo en el que el sentimiento de culpabilidad había sido racionalizado por el trabajo analítico sin dejar ver allí su núcleo de goce, es conmovido más tarde por el deseo del analista. Juan Carlos Indart (EOL) titula el texto “S(A) et l´´Ecole Une” Allí nos dice que se alegró con los debates actuales centrados en la política de la enunciación, pero que esto no lo sorprendió ya que Lacan incluso antes de pensar el dispositivo del pase, indicó el nudo entre psicoanálisis en intensión y en extensión. Así, precisó que ninguna Escuela debe enviar a sus analistas a la extraterritorialidad sin una clara referencia política, en primer lugar porque el discurso en el que se insertan sí la tiene. Sin esta orientación, la Escuela puede parecer abierta, pero se cierra; puede parecer despierta, pero termina durmiéndose. En tal dirección propuso que lo único a lo que no se puede renunciar siguiendo la enseñanza de Lacan es esta consideración del nudo entre psicoanálisis en intensión y en extensión, dejando un gran espacio de discusión abierto, cuestión que retomó en su comentario Leonardo Gorostiza, especial y espontáneamente invitado por JA Miller a participar de esa mesa. Asimismo, lanzó otra propuesta que junto con la anterior se discutirán debidamente en la Asamblea: nominar al propio Jacques-Alain Miller como AE de la Escuela Una, fundado en lo que según él ha significado y significa, respecto de este nudo que presenta como esencial e irrenunciable. Finalmente, Aurélie Pfauwadel presentó su trabajo “De la souplesse pour la passe” en el cual planteó algunas propuestas para discutir sobre el pase y especialmente su trasmisión, incluso más allá de los testimonios. Sugierió que todos los actores tengan una responsabilidad activa en la trasmisión de lo que allí sucede, considerando a los pasadores y al cartel mismo del pase. JA Miller invitó a Aurélie a concurrir en calidad de asistente a la Asamblea –a pesar de que no es miembro de la AMP- puesto que su contribución será discutida también en ése, el espacio de la gran conversación de la Escuela Una.