Reseña del Seminario « Traumatismo y Nombre del Padre ». Graciela Brodsky.
Caracas, 27 y 28 de Septiembre 2013
¡Graciela Brodsky viene a dictar un Seminario en Caracas! ¡Viene a finales de Septiembre! ¡Tenía como dos años que no venía! ¿Con qué vendrá? ¿Por qué en el título de su seminario hace pareja del Traumatismo al Nombre del Padre? ¿Desde dónde entender esta propuesta de trabajo? Ahora es AE, ¿Por qué no viene también a darnos un nuevo testimonio?
Expresiones, preguntas, comentarios que precedieron la llegada de nuestra colega Graciela Brodsky. Para algunos, una colega de larga data con quien se había iniciado el camino de la causa Freudiana y la enseñanza de Lacan, para otros una colega que conocieron por el papel que le tocó jugar en el período histórico vivido por Caracas cuando su Escuela fue disuelta, hace ya 13 años, y para muchos otros, una psicoanalista a quien no conocían cara a cara, pero reconocían por su extenso trabajo: artículos, ponencias, libros, traducciones, establecimiento de textos, funciones institucionales y de Escuela, ejercidas en la EOL y en la AMP, y ahora, recientemente, por su nominación como Analista de la Escuela, AE.
Miembros, asociados, participantes de la Sección Clínica y de los Centros de Investigación y Docencia, CID´s, esperábamos su llegada estudiando los textos relacionados a la pareja « titular » de su seminario, leyendo sus testimonios, leyendo sobre el Pase.
El viernes 27 de septiembre se da inicio a la primera parte del III Seminario Internacional de la NEL-Caracas. Muy pronto se devela el camino que íbamos a recorrer.
1.- Una cosa es el Nombre del Padre, otra el padre real, el padre traumático.
Una cosa es la metáfora paterna, la función simbólica del Nombre del Padre, planteada por Lacan en De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis, y otra muy distinta, lo que el mismo Lacan plantea en El mito individual del neurótico, con relación al Padre de carne y hueso que debe representar esa función.
« Sería necesario que el padre no sea solamente el nombre del padre sino que represente en toda su plenitud el valor simbólico cristalizado en esa función » (J. Lacan. El mito individual del neurótico)
Se trata de dos corrientes, dos líneas. Por un lado tenemos al Padre y por el otro al Nombre del Padre. Es necesario que el Padre represente en toda su plenitud el valor simbólico cristalizado en su función, pero en ese intervalo, entre el plano real y la función simbólica, yace una hiancia, un hueco, que hace que el complejo de Edipo no tenga una función normativizante sino más bien patógena; patógena en tanto no normativiza la norma fálica.
Y con esta referencia y la que hace del Seminario 19 de Lacan « … O peor », queda justificado el título del Seminario « Traumatismo y Nombre del Padre ».
« Un psicoanálisis reproduce –ustedes reencuentran aquí los rieles ordinarios- una producción de la neurosis. Al respecto todo el mundo está de acuerdo. No hay un psicoanalista que no se haya percatado de eso. Esa neurosis, que no sin razón atribuimos a la acción de los padres, solo es alcanzable en la medida en que la acción de los padres se articula justamente por la posición del psicoanalista. En la medida en que converja en un significante que emerja de ella, la neurosis se ordenará según el discurso cuyos efectos produjeron al sujeto. Todo padre (parent) traumático está en suma en la misma posición que el psicoanalista. La diferencia es que el psicoanalista, por su posición, reproduce la neurosis, mientras que el padre (parent) traumático la produce inocentemente »
No se trata entonces del padre de la ley sino del padre que traumatiza. No se trata del Nombre del Padre, sino de un padre.
La metáfora paterna no funciona porque no resuelve el deseo de la mujer, sino que sólo apunta a resolver el deseo de la madre. El deseo de una mujer excede el deseo materno. Entonces el padre es traumatizante porque se las tiene que ver con una mujer y no con una madre.
No se trata del padre o el trauma, sino más bien del padre y el trauma, porque todo padre es traumático.
2.- La función de un padre es humanizar el deseo.
Retoma el Seminario el sábado 28, con las siguientes citas de Lacan, recogidas del Seminario 10 La Angustia.
« Contrariamente a lo que enuncia el mito religioso, el padre no es causa sui, sino sujeto que ha ido lo suficientemente lejos en la realización de su deseo como para reintegrarlo a su causa, cualquiera que ésta sea, a lo que hay de irreductible en la función del a »
« Conviene sin duda, que el analista sea alguien que, por poco que sea, por algún lado, algún borde, haya hecho volver a entrar en su deseo en este a irreductible, lo suficiente como para ofrecer a la cuestión del concepto de la angustia una garantía real »
El padre es un sujeto tachado que se define por su deseo, un deseo que se reintegra al objeto a que lo causa. Hay que acabar con la ficción de que el deseo es el deseo del Otro. El deseo tiene que ver con el objeto que lo causa.
Humanizar no es equivalente a normativizar el deseo, no es darle al deseo un significante, no es meter al deseo en el cauce fálico. Humanizar el deseo es sacarlo de lo instintivo, es hacerlo un deseo perverso. El deseo es para cada uno una versión del padre.
Siguiendo lo planteado por Eric Laurent acerca del padre como sustantivo, la pregunta que surge es: ¿Qué nombra cada sujeto, cada analizante con el nombre padre? ¿Qué nombra el sustantivo padre?
Para terminar, nos deja Graciela Brodsky con la pregunta por el padre que se lee en las formulas de la sexuación, del lado masculino y a partir del Seminario 19: existe al menos uno que diga que no al goce fálico y que hace de la mujer causa de su deseo, dándole al sujeto la posibilidad de salir del goce ilimitado de la madre.
Una vez culminada la segunda y última parte del Seminario, las 81 personas que asistieron toman 2 horas de receso para el almuerzo y regresan para la tercera parte del evento:
3.- La mesa redonda, alrededor de 6 testimonios de Pase presentados anteriormente por Graciela Brodsky
A petición de la propia Graciela Brodsky (AE en ejercicio), se constituye una mesa conformada por Raquel Baloira (Asociada), Esmelin Graterol (Participante del CID-AP), Michelle López (Sección Clínica del CID-Las Mercedes) Carlos Márquez (Miembro), Ramón Ochoa (Asociado), Hilema Súarez (Miembro), Aliana Santana (Moderadora)
Por primera vez, se pone en escena una mesa conformada de esta manera, con el único objetivo de formular preguntas extraídas de la lectura de 6 testimonios presentados anteriormente en otras Escuelas de la AMP por la AE en ejercicio presente en la mesa.
La AE busca ser interrogada. 12 preguntas de la mesa son formuladas. Preguntas precisas, que denotaron la buena lectura de los testimonios y que permitieron a la AE dar una vuelta más a los asuntos cruciales de su pase.
« Cada una de sus preguntas me permite hacer un nuevo esfuerzo de construcción y ver lo que pasa y lo que no pasa. Ustedes son un poco mis pasadores y mi jurado »
Las respuestas, una por una, no dejaron de sorprender a quienes las escuchábamos por ser testigos de una construcción en acto.
Agradece Graciela Brodsky a todos los presentes, especialmente a los que se sentaron a su lado en la mesa y la interrogaron.
Se despide diciendo:
« Si con esto les trasmito algo de mi gusto por el psicoanálisis habré cumplido mi deseo »
¡Misión cumplida Graciela!
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