ENTREVISTA
« El elector acepta que se le trate como consumidor »
JOSÉ R. UBIETO, Psicoanalista, coordina el proyecto Interxarxes
José Ramón Ubieto, responsable de la red Interxarxes, que coordinaservicios de educación, salud y atención a la infancia y la familia, estambién articulista especializado en psicología social.Las últimas campañas se han convertido en una competición de ayudas a lafamilia.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Seguramente porque en tiempos de transformaciones sociales tan importantesy vertiginosas, la institución familiar sigue siendo el principal refugio,la institución más valorada por todos los sujetos, incluidos los jóvenes,aparentemente más desapegados. Con la Iglesia en declive (a pesar de susesfuerzos de visibilidad), el Ejército debilitado y la Escuela y la Empresacuestionados, la Familia sigue siendo el principal activo personal ysocial.
-¿Es inocua la apuesta por la familia como destinatario de las campañaselectorales, y no por el individuo?
Todos tenemos una familia, a veces en vivo y en directo, otras a ciertadistancia y siempre como discurso inconsciente. Incluso aquellos que no latienen, la buscan y la encuentran de maneras diversas: grupos de jóvenes,comunidades okupas, sectas,..No es pensable el individuo al margen de ella.La ilusión de un sujeto independiente, sin lazos sociales o comunitarios,agente causa de si mismo es un bello ideal que la realidad desmiente a cadamomento
-Tanto supuesto interés de los líderes políticos por la familia, ¿no puedegenerar cierto descreimiento por parte de esas familias, la idea de que seintenta comprar el voto a base de talonario en una especie de subasta?
Sería extraño que en una sociedad tan marcada por el consumo y la búsquedade la satisfacción a través de los objetos (comida, gadgets, drogas legalese ilegales,..) la política quedase al margen de ese intercambio. En esesentido hay un cinismo contemporáneo aceptado socialmente por parte detodos. Eso no excluye el peso de los ideales y las exigencias éticas, congradaciones en unos y otros partidos, pero es evidente que el elector estambién un consumidor y como a tal se le ofertan los productos. Eldescreimiento no es una consecuencia de este intercambio, sino un previo,forma parte de la causa.
-¿Puede un gobierno que legisla sobre muchas cuestiones sociales acabargenerando la sensación de falta de libertad individual?
Es la tendencia moderna de captar la intimidad de los sujetos,introduciéndose en aquello que hasta hace poco pertenecía a lo más intimo:la sexualidad, la vida familiar, la salud. Lo practica ahora –esta es lanovedad- el Estado, sobre todo en su versión más higienista, en ese empujea la salud como metavalor social (con gran entusiasmo de sectoresprofesionales o de la industria farmacéutica) y por supuesto la Iglesia queno renuncia a la moralización de las almas. Un exceso de normativizaciónempieza a requerir de cierta respuesta social si no queremos alimentar esosexcesos burocráticos que se imponen incluso a los propios políticos.
-La anterior es una acusación que se le ha hecho a la Ley de Dependencia.¿Es una intromisión en labores propias de la sociedad civil?
No creo que esta ley sea un buen ejemplo de ese neohigienismo, Más bien setrata con la llamada Ley de la Dependencia de una Ley que promociona laautonomía personal y la atención a personas en situación de dependencia. Enese sentido es una oportunidad necesaria, especialmente para todos aquellosque carecen de recursos propios (personas mayores con pensiones bajas). Que el Estado facilite los recursos necesarios para ello no supone unaimposición sino la concreción de un derecho que reduce la precariedadsocial y personal.