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Eje 5 – Cuerpo y tecnociencia en el Siglo XXI Contribuciones para el debate Escriben Carmen González Táboas y Clara María Holguín
En esta ocasión, les presentamos dos textos que dialogan y nos dan pistas sobre la propuesta temática del eje 5 de nuestro Encuentro.
Que el cuerpo no es el organismo, queda claro en la rigurosidad teórica que se desprende de las « Notas para un trabajo en curso » de Carmen González Táboas, en las cuales nos esboza el desarrollo que va de « esa esencia ausente del cuerpo » a la espera de un acontecimiento, del que da cuenta la identificación primaria, al cuerpo sexuado que hará soporte de lo real del sexo.
Por su parte, Clara María Holguín explota a partir de de la práctica del tatuaje ‒una de las variantes del cuerpo cosmético y correlato de la insuficiencia de lo simbólico respecto al cuerpo‒, la paradoja del superyó de nuestros tiempos: por un lado, « todos iguales » y, por eso mismo, el empuje a la diferenciación absoluta.
¡Hasta la próxima!
El otro cuerpo
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Señalo la inflexión del Seminario 12: [3] aparece la referencia fregeana. [4] « Lanzado a hablar, el sujeto se imagina Uno », es su ser de espejismo. No sabe que está uncido a esa identidad que lo deja librado a la falsa infinitud del Uno numérico.
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Lacan cita la primera identificación freudiana: in-corporación, « forma de materialismo radical que remite a la esencia ausente del cuerpo ». Cuando sucede, nadie está allí para verificarlo; ahí « hay algo »; es como decir « llueve »; « hay acontecimiento pero no sujeto ».
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Dos veces, [5] Lacan llama al Dios vivo (el Entissimum) del medieval San Anselmo de Canterbury: « ¡Dios mío, enseña a mi corazón cómo te hallará, dónde y cómo tiene que buscarte! » (Proslogium). Es que la res extensa es incapaz de recibir « la impronta divina » o « la identificación inaugural, perfectamente concreta ». El Uno viene del Otro.
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Lacan mismo reenvía a La transferencia. Al encontrar su imagen, el niño se vuelve y recibe del Otro un signo, que interioriza, que no se confunde con la identificación especular, y que ha efectuado « el borramiento de la Cosa« , falla donde nace el amor, que fatigará los desfiladeros de la demanda. Estructura del lenguaje, función de la palabra.
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El sujeto se aliena al Otro; depende del significante; el significante en menos es la falta que recubre la otra falta, real, anterior, [6] la que trastornó la relación con la naturaleza.
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Lógica del fantasma: giro radical. La alienación [7] excluye la existencia del Otro. Si el sujeto invoca, habla de su deseo. Si se queja, habla de un deseo que no asume.
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Lógica del fantasma: « Ese lugar del Otro no ha de tomarse sino en el cuerpo ». « En las cicatrices del cuerpo, tegumentales, pedúnculos que se enchufan en sus orificios », etc. [8] Superficie erógena, topología insuficiente para abordar lo real del sexo.
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…ou pire. [9] Haiuno. « No hago pensamiento del Uno », lo aprendí « de una curiosa vanguardia: Parménides, Platón ». ¿Qué cuerpo viene del Uno, ni pensamiento ni cantidad?
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Mejor abandonar las referencias fáciles al cuerpo erógeno como superficie. [10] Si se tiene un cuerpo sexuado, superficie de inscripción, es porque le ex siste el Uno (necesario) y lo singular y contingente del acontecimiento de cuerpo: nudo (RSI: la triplicidad borromea)
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De otro modo: el goce sexual toma su ser de la palabra, si el Uno, « significante no limitado a su soporte fonemático », [11] cavó el agujero de cuyo borde, ‒litoral entre saber y goce‒, se sostiene la imagen: anudamiento primero.
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En el campo de lalengua, [12] « quizás a algunos » les pasa como al inocente que toca al pez torpedo; recibe la electricidad y cae redondo. Campo magnético de lalengua. La escritura salvaje del síntoma, [13] contingente y singular, excluye toda psicología.
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Que un cuerpo « simbolice » al Otro (cuerpo) quiere decir que « no se goza de un cuerpo sino corporeizándolo de manera significante ». [14] Es la vía del goce fálico, goce del sentido ofrecido por los semblantes (una mujer no está toda ahí).
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El Otro-cuerpo es el cuerpo alcanzado por la intrusión del Uno caído del Otro. « Si el Uno no se borra, no hay vacío que se escriba cero, » [15] ni serie, ni respuesta al signo del Otro, ni palabra ni número. Uno real: conjunto vacío en el Otro, que anudado a un cuerpo es goce de lalengua, (nudo: triplicidad del Uno) [16].
1. Trou, en francés, agujero.
2. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Bs.As., 1981.
3. Lacan, J., Seminario 12, Problemas cruciales para el psicoanálisis, clases del 3 de marzo, 12 de mayo y 16 de junio de 1965, inédito.
4. Frege hace del cero lo idéntico a sí mismo.
5. En los Seminarios La identificación y la Lógica del fantasma, inéditos.
6. Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Bs. As., Paidós, 1986, p. 213.
7. Este Otro no es el de la dialéctica de alienación-separación.
8. Lacan, J., « La lógica del fantasma. Reseña del seminario de 1966-1967 », Otros escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p. 347.
9. Lacan, J., « … O peor. Reseña del seminario de 1971-1972 », Otros escritos, op. cit., p. 573.
10. Laurent, E., Usos actuales de la clínica, Paidós, Bs. As., 2001, p. 29.
11. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun, op. cit., p. 27.
12. Lacan, J., Le hablo a las paredes, Paidós, Bs. As., 2012, p. 66.
13. Lacan, J., Seminario 22, RSI, clase del 21 de enero de 1975,inédito.
14. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aun, op. cit., p. 32.
15. Miller, J.-A., El ser y el Uno, clase del 6 de marzo del 2011, inédito.
16. Lacan halla su nudo borromeo después de desprender del Uno unario, el Uniano.
¿Qué medida ofrece hoy el superyó? A propósito del cuerpo cosmético
Lo simbólico dejó de ser lo que era y, con él, el siglo XX ha quedado atrás. Las consecuencias del rebajamiento del Nombre del Padre fueron señaladas ampliamente en nuestro pasado congreso de la AMP, para indicar el empuje a lo ilimitado que, bajo la ley de hierro, exige « ser como todo el mundo ». Con ello, y a pesar de la ciencia y el capitalismo, el nuevo siglo muestra la insuficiencia de los semblantes. El orden es hoy caótico. Desorden de lo real, donde no hay cosmos que nos oriente.
« Cada uno hará a su propio modo ». Es la manera como E. Laurent [1] nombró la nueva medida del superyó para el siglo XXI. « La paradoja ‒señalaba‒ es que cada uno tendrá un tatuaje diferente, todo el mundo tendrá un tatuaje, y eso porque lo simbólico por sí mismo ya no basta, entonces es necesario inventar cosas nuevas con el cuerpo ». Desde esta perspectiva y a partir de esta nueva medida del superyó, « hacer cada uno a su modo e inventar nuevas cosas con el cuerpo », se orienta nuestra investigación para pensar las maneras de cómo el cuerpo se presenta hoy y, en esa vía, lo que se propone llamar « el cuerpo cosmético ».
Lo cosmético del cuerpo nos pone en la vía de articular el cuerpo a un cierto orden. Según la etimología [2], cosmos (kosmos) refiere al orden y a la armonía, pero también al mundo y a lo mundano, derivando en los adornos y la compostura. Un cuerpo cosmético da cuenta de los arreglos sobre el cuerpo, arreglos que dan forma y que embellecen.
La civilización ha dado cuenta de esto. Maquillar, velar, agujerear, tatuar han sido entre otras las distintas maneras de intervenir el cuerpo en la historia. No hay allí novedad alguna. El sujeto se las arregla frente a la insuficiencia del significante respecto al cuerpo encontrando artificios para hacer con ella.
Pero no estamos en la época del cosmos, del orden del universo. No hay saber en lo real, sino un real sin ley que se impone, mostrando la insuficiencia de todo artificio y semblante. Lo simbólico por sí mismo no basta. ¿Qué cosmética para el siglo XXI?
Es la misma raíz etimológica del término Kosmos la que introduce otra perspectiva. Ya no desde su vertiente griega sino romana, mostrando su reverso. Los romanos a diferencia de los griegos al tomar el concepto Kosmein [3] (de donde se desprende kosmos), toman la raíz « mein », que da cuenta del vocablo « mundo » y su derivado « inmundo », que no es lo sucio o cochino, sino lo que es « sin mundo », es decir lo contrario a lo que es o a lo que debe ser, lo que no tiene belleza y por lo tanto, razón de ser.
La ruta romana devaluada, toma otra orientación: lo « inmundo », sin mundo, sin orden y sin belleza. Los nuevos arreglos para hacer con la insuficiencia estructural proponen tratamientos del goce que no pasan por el Nombre del Padre.
No siendo suficiente con arreglar, mejorar, tapar y ordenar los agujeros del cuerpo, para poner un orden y embellecer, es decir, para dar forma al cuerpo, se promueve la transformación de éste. No se trata entonces de taponar los agujeros, sino de abrir otros: se insertan pedazos y extensiones, hasta la de-formación y se exige que esta modificación produzca un cuerpo que no se parezca a nada ni a nadie: debe ser un tatuaje para cada uno, como señala Laurent. Un intento absoluto de diferenciación, donde más que mortificación del cuerpo, de donde se desprenden las « aguas del goce », se pone en juego un cuerpo vivo, donde lo imaginario toma toda su relevancia dando nuevas coordenadas para vivir en este mundo-inmundo.
Tal es el caso del tatuaje como práctica, en tanto algo inamovible y permanente: « la carne tal como se muestra en el tatuaje contemporáneo, no deja lugar a la metáfora, es marca que da a ver ‒al tiempo que envuelve‒ el cuerpo en su vertiente más Real, es quizá un modo de ins-taurar algo inalterable o estable en un mundo de cambios continuos ». [4]
1. Laurent, E., « El Superyó a medida: sobre el nuevo orden simbólico en el siglo XXI », http://www.blogelp.com/index.php/el-superyo-a-medida-sobre.
2. Según el Diccionario Crítico Etimológico Corominas.
3. Según el diccionario on-line, http://etimologias.dechile.net/?inmundo.
4. Foos, C., « Lo que el tatuaje escribe en el cuerpo. El tatuaje como signo », http://letraslacanianas.com/revista-n4-dossier/150-lo-que-el-tatuaje-escribe-en-el-cuerpo-el-tatuaje-como-signo.
Eixo 5 – Corpo e tecnociência no Século XXI
Nesta ocasião lhes apresentamos dois textos que dialogam e nos dão pistas sobre a proposta temática do eixo 5 de nosso Encontro.
Que o corpo não é o organismo fica claro no rigor teórico que se desprende das « Notas para um trabalho em andamento » de Carmen González Táboas, nas quais nos esboça o desenvolvimento que vai dessa « essência ausente do corpo » à espera de um acontecimento, do qual dá conta a identificação primária, ao corpo sexuado que dará suporte ao real do sexo.
Por seu lado, Clara María Holguín explora a partir da prática da tatuagem, ‒uma das variantes do corpo cosmético e correlato à insuficiência do simbólico a respeito do corpo‒, o paradoxo do supereu de nosso tempo: por um lado, « todos iguais » e, por isto mesmo, o empuxo à diferenciação absoluta.
Até a próxima!
O outro corpo
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Destaco a inflexão do Seminário 12: [3] aparece a referência fregeana. [4] « Impelido a falar, o sujeito se imagina Um », é seu ser de espelhismo. Não sabe que está consagrado a essa identidade que o deixa entregue à falsa infinitude do Um numérico.
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Lacan cita a primeira identificação freudiana: in-corporação, « forma de materialismo radical que remete à essência ausente do corpo ». Quando ela ocorre, ninguém está ali para verificá-la; ali « há algo »; é como dizer « chove »: « há acontecimento, mas não sujeito ».
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Duas vezes, [5] Lacan evoca o Deus vivo (o Entissimum) do medieval Santo Anselmo de Canterbury: « ¡Meu Deus,ensina ao meu coração como te achará, onde e como ele tem que buscar-te! » (Proslogium). É que a res extensa é incapaz de receber « a marca divina » ou « a identificação inaugural, perfeitamente concreta ». O Um vem do Outro.
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O próprio Lacan remete ao Seminário A transferência. Ao encontrar sua imagem, a criança se volta e recebe do Outro um signo que ela interioriza, o qual não se confunde com a identificação especular e que efetuou « o apagamento da Coisa« , falha de onde nasce o amor, que se repetirá infatigavelmente nos desfiladeiros da demanda. Estrutura da linguagem, função da fala.
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O sujeito se aliena ao Outro; depende do significante; o significante a menos é a falta que recobre a outra falta, real, anterior, [6] aquela que transtornou a relação com a natureza.
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Lógica da fantasia: giro radical. A alienação [7] exclui a existência do Outro. Se o sujeito invoca, fala de seu desejo. Se se queixa, fala de um desejo que não assume.
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Lógica da fantasia: « Esse lugar do Outro não deve ser buscado em parte alguma senão no corpo ». « Nas cicatrizes do corpo, tegumentares, pedúnculos que se engancham em seus orifícios », etc. [8] Superfície erógena, topologia insuficiente para abordar o real do sexo.
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…ou pior. [9] HáUm. « Não faço uma reflexão do Um », o apreendi « de uma curiosa vanguarda: Parmênides, Platão ». Que corpo advém do Um, nem pensamento nem quantidade?
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Melhor abandonar as referências fáceis ao corpo erógeno como superfície. [10] Se se tem um corpo sexuado, superfície de inscrição, é porque lhe ex siste o Um (necessário) e o singular e contingente do acontecimento de corpo: nó (RSI: a triplicidade borromeana).
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De outro modo: o gozo sexual toma seu ser da fala, se o Um, « significante não limitado ao seu suporte fonemático », [11] cavou o furo de cuja borda, litoral entre saber e gozo, se sustenta a imagem: enodamento primeiro.
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No campo de lalíngua, [12] « talvez para alguns », ela tenha o mesmo efeito que o encontro com uma raia-elétrica; quem a toca, recebe a descarga elétrica e cai duro. Campo magnético de lalíngua. A escrita selvagem do sintoma, [13] contingente e singular, exclui toda psicologia.
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Que um corpo « simbolize » o Outro (corpo) quer dizer que « não se goza de um corpo senão corporificando-o de maneira significante ». [14] É a via do gozo fálico, gozo do sentido oferecido pelos semblantes (uma mulher não está toda aí).
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O Outro-corpo é o corpo atingido pela intrusão do Um caído do Outro. « Se o Um não se apaga, não há vazio que se escreva zero, » [15] nem série, nem resposta ao signo do Outro, nem palavra nem número. Um real: conjunto vazio no Outro, que enodado a um corpo é gozo de lalíngua (nó: triplicidade do Um). [16]
Tradução: Elisa Monteiro
1. Trou, em francês, furo (buraco).
2. Lacan, J., O Seminário, livro 20, Mais, ainda.Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 1985, 2ª edição.
3. Lacan, J., Seminário 12, Problemas cruciais para a psicanálise, aulas de 3 de março, 12 de maio e 16 de junho de 1965, inédito.
4. Frege faz do zero o idêntico a si mesmo.
5. Nos Seminários A identificação e A Lógica da fantasia, inéditos.
6. Lacan, J., O Seminário, livro 11, Os quatro conceitos fundamentais da psicanálise. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 1988, pp. 194-195.
7. Este Outro não é o da dialética de alienação-separação.
8. Lacan, J., »A lógica da fantasia. Resumo do Seminário de 1966-1967″.Outros escritos, Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 2003, p. 327.
9. Lacan, J., « … ou pior. Relatório do Seminário de 1971-1972 ». Outros escritos, op. cit., p. 547.
10. Laurent, E., Usos actuales de la clínica, Paidós, Bs.As., 2001, p. 29.
11. Lacan, J., O Seminário, livro 20, Mais, ainda, op. cit., p. 29.
12. Lacan, J., Estou falando com as paredes. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 2011, p. 56.
13. Lacan, J., Seminário 22, RSI, aula de 21 de Janeiro de 1975,inédito.
14. Lacan, J., O Seminário, livro 20, Mais, ainda, op. cit., p. 35.
15. Miller, J.-A., o ser e o Um, aula de 6 de março de 2011, inédito.
16. Lacan fala de seu nó borromeano após desprender do Um unário, o Uniano.
Qual medida o supereu oferece hoje? Acerca do corpo cosmético.
O simbólico deixou de ser o que era e, dessa forma, o século XX ficou para trás. As consequências do rebaixamento do Nome-do-Pai foram amplamente assinalas em nosso último Congresso da AMP, para indicar o empuxe ao ilimitado que, sob a lei de ferro, exige « ser como todo mundo ». Com isso, e apesar da ciência e o capitalismo, o novo século mostra a insuficiência dos semblantes. A ordem, hoje, é caótica. Desordem do real, onde não há cosmos que nos oriente.
« Cada um fará a seu modo ». Essa é a maneira como E. Laurent [1] nomeou como a nova medida do supereu para o século XXI. « O paradoxo » ‒assinalava‒ « é que cada um terá uma tatuagem diferente, todo mundo terá uma tatuagem, e isso porque o simbólico, por si mesmo, já não basta. É necessário, então, inventar coisas novas com o corpo ». A partir desta perspectiva e desta nova medida do supereu, « cada um fazer a seu modo e inventar coisas novas com o corpo », orienta-se nossa investigação para pensar as maneiras como o corpo se apresenta hoje e, nessa via, o que se propõe chamar « o corpo cosmético ».
O cosmético do corpo nos coloca na via de articular o corpo a certa ordem. De acordo com a etimologia [2], cosmos (kosmos) se refere à ordem e à harmonia, mas, também, ao mundo e ao mundano, derivando nos adornos e na compostura. Um corpo cosmético diz dos arranjos, sobre o corpo, que lhe dão forma e embelezam.
Isso foi notado pela civilização. Maquiar, velar, esburacar e tatuar foram, entre outras, maneiras do corpo intervir na história. Ai não há novidade. O sujeito se arranja frente à insuficiência do significante em relação ao corpo, encontrando artifícios para lidar com ela.
Mas, não estamos na época do cosmos, da ordem do universo. Não há saber no real, senão um real sem lei que se impõe, mostrando a insuficiência de todo artifício e semblante. O simbólico, por si mesmo, não basta. Qual é a cosmética para o século XXI?
É a mesma raiz etimológica, do termo Kosmos, o que introduz outra perspectiva. Não mais na vertente grega, mas romana, mostrando seu contrário. Os romanos, diferentemente dos gregos, ao considerarem o conceito de Kosmein [3] (do qual se deriva kosmos), pegam a raiz « mein« , que diz do vocábulo « mundo » e seu derivado, « inmundo », que não se refere ao sujo, emporcalhado, mas, ao que é « sem mundo », ou seja, o contrário do que é ou do que deve ser, o que não tem beleza e, portanto, razão de ser.
A rota romana, desvalorizada, toma outra orientação: o « inmundo », sem mundo, sem ordem e sem beleza. Para a insuficiência estrutural propõe novos arranjos como tratamento do gozo, que não passam pelo Nome-do-Pai.
Não sendo suficiente arranjar, melhorar, tampar e ordenar os buracos do corpo, de modo a colocar ordem e embelezar, ou seja, para dar forma ao corpo, promove-se sua transformação. Não se trata, então, de tampar os buracos, mas, de abrir outros: inserem-se pedaços e extensões, até a de-formação, exigindo-se que esta modificação produza um corpo que não se pareça a nada e a ninguém: deve ser uma tatuagem para cada qual, como assinala Laurent. Tentativa de absoluta diferenciação, na qual mais que mortificação do corpo, do qual se desprendem as « águas do gozo », coloca-se em jogo um corpo vivo, onde o imaginário assume toda sua relevância, estabelecendo novas coordenadas para se viver neste mundo-inmundo.
Esse é o caso da tatuagem como prática, enquanto algo irremovível, permanente: « a carne tal como se mostra na tatuagem contemporânea, não deixa lugar à metáfora, é a marca que mostra ‒no tempo que envolve‒ o corpo em sua vertente mais Real. É, talvez, modo de ins-taurar algo inalterável ou estável em um mundo de mudanças contínuas ». [4]
Tradução: Ilka Franco Ferrari
1. Laurent, E., « El Superyó a medida: sobre el nuevo orden simbólico en el siglo XXI », http://www.blogelp.com/index.php/el-superyo-a-medida-sobre.
2. Segundo o Diccionario Crítico Etimológico Corominas.
3. Segundo o dicionário on-line, http://etimologias.dechile.net/?inmundo.
4. Foos, C., « Lo que el tatuaje escribe en el cuerpo. El tatuaje como signo », http://letraslacanianas.com/revista-n4-dossier/150-lo-que-el-tatuaje-escribe-en-el-cuerpo-el-tatuaje-como-signo.
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