VIII Jornadas de la ELP“La soledad del Psicoanalista”14 y 15 de noviembre de 2009Valencia ¡Vientos de Valencia!
Veles e ventsVeles e vents han mos desigs complir,faent camins dubtosos per la mar.Mestre i Ponent contra d’ells veig armar;Xaloc, Llevant, les deuen subvenirab llurs amics lo Grec e lo Migiom,fent humils precs al vent Tramuntanalque en son bufar los sia parciale que tots cinc complesquen mon retorn. Velas y vientosVelas y vientos han de cumplir mis deseos,haciendo caminos dudosos por la mar.Mistral y Poniente contra ellos veo armarse,Jaloque y Levante los tienen que amainarcon sus amigos Griego y Vendaval ,haciendo humildes ruegos al viento Tramontanalpara que en su soplar les sea propicio parcialy que juntos los cinco cumplan mi regreso. (…) Ausiàs March (Valencia, 1397?-1459)*
En Valencia soplaron los vientos medievales de poeta valenciano Ausiàs March, que inflaron las velas con fuerza que nos traían las últimas Jornadas de la ECF. En el modernísimo Palau de la Música se escuchaban canciones bailables de las folias (jolgorio y locura) de finales de la Edad media, de origen popular en la península ibérica, y que más tarde fueron asimiladas por el repertorio polifónico de los cortesanos del S. XV y XVI, para celebrar un desenlace feliz. En la apertura de las Jornadas, “La soledad del psicoanalista”, el pintor valenciano, Joaquín Sorolla, de la corriente “iluminista” del impresionismo, aportaba la luz del sol de Valencia. Por la noche, en el cierre de las Jornadas nos dejamos bañar por la luna de Valencia. “Estar bajo la luna de Valencia”, es una expresión de uso popular cuyo origen se remonta a la Valencia amurallada, entre cuyas torres, la de Quart y la de Serrano, que aún se conservan, se encontraban las puertas de acceso a la ciudad y que se cerraban al caer el sol. Sólo la Puerta del Real quedaba abierta hasta las 10h de la noche. Todos los rezagados se quedaban fuera, a dormir al raso, o a quedarse bajo “la luna de Valencia”. Durante las Jornadas de la ELP, desde el sol de la apertura y la luna de Valencia, de forma discreta pero siempre presente, el cuadro de “Los deportistas” de Malevich, que supo guardar la llave que escondía el secreto dilucidado de las soledades del analista. En el final de las Jornadas, sonaba la música de Miguel Poveda que hace un tipo de fusión del flamenco con el jazz, con las « Coplas del querer ». Lo más antiguo y lo más moderno en una polifonía de música y colores siempre alegre, se compartió la folia de las Jornadas de la ELP, “La soledad del analista” y desde las Paradojas del inicio hasta el final, salimos juntos, cada uno con su soledad a cuestas, a la caza del Snark, o según Eric Laurent, A la búsqueda de un semblante nuevo.No faltó, el fuego de artificio valenciano de la traca final. Velas y vientos, desde Valencia, con Ausiàs March, desea que les sea propicio en su soplar para que se desplieguen las velas para cruzar el mar que los lleve a América. Lucia D’AngeloPresidenta de la ELP16 de noviembre de 2009 * [La versión del poema, es la que ha popularizado el cantante valenciano Raimon en su álbum musical, “Cançons” (1981).]