XII CONVERSACIÓN CLÍNICA DEL ICF Barcelona, 3 y 4 de Marzo de 2012 El final _____ Flash
« …Ese final, sin duda hay que decirlo, es en sí mismo contingente. Podría ser que el final del análisis tenga la estructura del encuentro ». |
J.-A. Miller, « Cosas de finura… », Clase XX, 2009 |
« El goce fálico no las acerca a los hombres, más bien las aleja, ya que este goce es obstáculo a lo que las empareja con el sexuado de la otra especie. Esto no significa que no puedan tener, con uno solo, elegido por ellas, la satisfacción verdadera-fálica. Satisfacción que se sitúa con su vientre. Pero como una respuesta a la palabra del hombre. Para eso es preciso que acierte. Que acierte con el hombre que le hable según su fantasma fundamental, el de ella. De este fantasma extrae efecto de amor a veces, de deseo siempre. No ocurre tan a menudo. Y, cuando ocurre, no por ello es relación, escrita, o sea, ratificada en lo real ». |
J. Lacan, « Despegue de la Escuela », 1980 |
Un final de análisis puede tener la estructura del encuentro, dice Miller en « Cosas de finura… » En « A merced de la contingencia », explica: « Si Lacan pone en evidencia y valoriza el término encuentro en la relación amorosa, es en la medida exacta en que en ninguna parte hay relación sexual… Es justamente porque sólo constatamos contingencia en la relación entre los sexos que podemos inferir… que estamos consagrados al régimen del encuentro… Lacan nos dejó sobre la necesidad de hacer con la contingencia de lo real, es decir, también con la invención y la reinvención, sin ningún fatalismo ». De hecho, el flash de J. Caretti hace un comentario a un párrafo de Aún en el que, entre otras cosas, Lacan alude a « …esa artimaña (1) contingente que hace que, a veces, después de un análisis, llegamos a que cada uno joda decentemente a su cada una ». Caretti nos recuerda que ese « a veces » sitúa en la dimensión de la contingencia un encuentro donde cesa de no escribirse la relación sexual imposible… « no entre cualquier hombre y cualquier mujer -aclara- sino uno y una singular: ese/esa y no otro/otra », y que la experiencia analítica puede ayudar al hombre, que busca a La mujer, a hacer de una mujer la causa de su deseo. Pero ¿y del lado de ella? Quizás tengamos una cierta respuesta en « Despegue de la Escuela », artículo que Lacan escribe poco antes de su muerte, donde desarrolla algo más que el consentimiento femenino a ocupar el lugar de objeto causa. Aquí Lacan opone el goce fálico « que no las acerca a los hombres sino que las aleja » a « la satisfacción verdadera-fálica » que pueden obtener « con uno solo, elegido por ellas ». « Satisfacción -señala- que se sitúa con su vientre. Pero como una respuesta a la palabra del hombre ». Nudo, pues, entre cuerpo y palabra. Acontecimiento, por otra parte, también contingente, puesto que es preciso que ella acierte, « acierte con el hombre que le hable según su fantasma fundamental, el de ella ». Estamos en una zona distinta de la de Aún. No se trata de la palabra de amor, sino de una palabra que toque el fantasma fundamental de ella, como condición-requisito de esa satisfacción. Tampoco podemos abordarlo únicamente desde la posición erotomaníaca de la mujer, puesto que habla de una satisfacción que involucra al cuerpo femenino. « De este fantasma, extrae efecto de amor a veces, de deseo siempre », es decir, una dimensión en la que amor y deseo no se solapan. Lacan advierte: « No ocurre tan a menudo ». ¿Sería aventurado pensar que, después de un análisis, una mujer podría estar más cerca de « acertar » con « ese » hombre, en un encuentro donde cese de no escribirse la relación sexual? Lo cual no implica que debamos dejar de estar advertidos de que la relación sexual no deja de ser imposible: « Y, cuando ocurre, no por ello es relación, escrita, o sea ratificada en lo real ». De ahí la necesidad de la invención. ¿Invención que no deja de ser una « artimaña »? Luis Fermín Orueta _________________ NOTAS (1) Artimaña: 1/ Trampa (para cazar animales). 2/ Artificio para engañar. 3/ Maña, destreza. (Real Academia de la Lengua)