XII CONVERSACIÓN CLÍNICA DEL ICFBarcelona, 3 y 4 de Marzo de 2012El final_____ Flash
“Pues en lo que enuncia, es del analista de lo que se trata, y supone que lo haya.Autorizarse no es auto-ri(tuali)zarse.Pues he planteado por otra parte que de donde sale el analista es del no-todo.No-todo ser que habla podría autorizarse a hacer un analista. Lo prueba que el análisis es necesario para ello, pero no es aún suficiente.Solo el analista, o sea no cualquiera, no se autoriza más que por sí mismo.Los hay, ahora hecho está: pero es así porque funcionan. Esta función no hace sino probable la ex-sistencia del analista. Probabilidad suficiente para garantizar que los haya: que las oportunidades sean grandes para cada uno, las deja para todos insuficientes.” |
Nota italiana (Traducción al castellano), en Documentos, Revista Uno por Uno, Marzo 1991, pág. 13(Otra traducción se encuentra en Cuadernos Andaluces de Psicoanálisis, Nº 6, 1991) |
Se trata de una propuesta de Lacan para una nueva Escuela formada sólo por analistas que se autorizan sin auto-ritualizarse, es decir, no se suponen ungidos, de una vez y para siempre, objeto de mikado, petrificados en el ritual, el cual intenta garantizar la permanencia a base de anonadar lo vivo de la experiencia.Mediante la concepción del “no-todo”, herramienta para esclarecer la posición femenina porque no admite premisa universal, el analista se sirve de un Otro que se delata inconsistente. Ahora bien, el carácter arriesgado, paradójico pero a la vez promisorio del pase para una Escuela que no quiere ser Iglesia ni corporación, se expresa en que la ex-sistencia, en atención a lo real, del analista no es más que probable, debido a la dificultad de que cuanto más grande sea la oportunidad para cada uno, ella resultará más insuficiente, es decir, no podrá alcanzar a todos.Para autorizarse, no es suficiente que alguien lo diga ni que se analice porque se trata de dar cuenta en esa autorización de su paso al no-todo. Dicho pasaje es el tema de esta Conversación Clínica, porque ocurre de forma singular para cada uno en el momento del final, cuando el sujeto puede ver el embrollo del que era objeto y se distingue solo, en tanto Uno pero, sin embargo, en el campo de un Otro. El recorrido analítico, por el itinerario de aquellos dichos que fijaron el goce en el cuerpo para la formación de los síntomas, hace que un sujeto pueda vaciar dicho campo, en tanto lugar que fue como Otro, pero que necesitó encarnarse para hacer posible alojar ese goce, acontecimiento del cuerpo en la frase del fantasma. Rosalba Zaide