XIV CONVERSACION CLINICA DEL ICF-E
Barcelona, 1 y 2 de Marzo de 2014
Incidencias del Significante Amo
Barcelona, 1 y 2 de Marzo de 2014
Incidencias del Significante Amo
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Flashes
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Jacinto Ruiz del Portal
Pregunta: ¿Qué puede decir como incidencias del significante amo en la castración?
A partir del seminario XVII, El Reverso del psicoanálisis, Lacan empieza a desarrollar la idea de que el principal agente de la castración es el lenguaje. Por tanto, este seminario es un seminario de corte en su enseñanza, ya que hasta ese momento, Lacan, retomando la herencia de Freud del Complejo de Edipo, explicaba la castración mediante la función del Nombre del Padre, función simbólica, de ley, donde el goce, el objeto (a) quedaba por afuera. El padre queda así reducido a un semblante, un artificio significante que lo que hace es ocultar la castración, ya que no puede dar cuenta de ese elemento opaco y mítico llamado goce.
El lenguaje castra porque en su encuentro con el cuerpo, se produce una pérdida de goce que ya no se recuperará más. A esta pérdida Lacan la llamará Real. Lo que ocurre es que además de la pérdida, también hay una ganancia, ya que el sujeto, para intentar rellenar ese vacío de goce, producirá los objetos plus de goce, que sin embargo, nunca alcanzarán a rellenarlo del todo.
El cuerpo goza como goza porque ha sido tocado por ciertos significantes que han resonado de cierta manera, y que lo han marcado con ese modo de gozar. Estos significantes son los significantes amo (S1). El S1 es una invención de Lacan para dar cuenta de la dimensión del significante primero de la identificación del sujeto. Sería algo que pertenece a la estructura significante pero que tiene una condición única respecto a todos los otros significantes, ya que orienta la vida del sujeto y está en el corazón de su manera de gozar.
Así, el S1 incide directamente en la castración. Por un lado, es el significante que inicia la cadena para conectarse con el S2 y así sucesivamente dando lugar al saber inconsciente o la subjetividad. Por otro lado, hay una parte de real asociada a él que no es accesible porque se perdió, que no se puede representar ni interpretar. Esta es la parte que da cuenta de que hay un agujero real en el centro de nuestra existencia.
En todo este desarrollo, Lacan instaura el discurso analítico para conducirnos a un más allá del amo, del inconsciente. El discurso del analista se constituye así en el reverso del discurso del amo, puesto que en el lugar del agente no opera lo real como S1 sino (a) como semblante del objeto causa de deseo para tratar, en el acto sostenido por el analista, de cernir lo real del goce.