Queridos colegas y amigos
Creo que cada uno imprime su estilo, incluso su síntoma, a la función que ejerce.
Así que hablaré con mi estilo.
He aprendido de cada uno de los presidentes de la Escuela con quienes compartí la función de ser miembro del Consejo Estatutario.
En el primer Consejo de la Escuela, durante los tres años que duró mi función, pasamos por el momento épico de la Fundación.
De nuestro primer presidente, ¿qué puedo decir? Que le agradezco todo, pero fundamentalmente su pasión guerrera de la que ha dado últimamente un testimonio esclarecedor de su saber hacer con eso. Me refiero, por supuesto, a nuestro más uno, a J.-A. Miller.
Pero también he aprendido de todos los demás, de Samuel Basz, de Juanqui Indart; y en los últimos 5 años, cuando volví al Consejo después de varios años, también aprendí mucho, de Oscar Zack, de Aníbal Leserre, de Luis Erneta, de Graciela Musachi, de Jorge Chamorro, a quien despedimos hoy, al menos como presidente. Todos me han enseñado algo. Y ha sido fundamentalmente a través del estilo de cada uno, del sinthome de cada uno, pero atravesado por la función. Los he visto cambiar tocados por la función que les permitió conservar y jugar lo mejor de su estilo. Y el estilo es el sinthoma, es el saber hacer con el sinthoma de cada quien.
Mucho he conversado con mis colegas mujeres, sobre si era correcto decir presidente o presidenta. No hubiera dudado en decir presidente en cualquier otro año en que me hubiera tocado asumir esta función, pero en éste, la cuestión se me impone. ¡No digamos esta semana!
Presidente, parece, atañe más a la función y presidenta a la persona.
Así pues, seré presidente en tanto función y seré presidenta si podemos hablar de la persona, término que no es de nuestra lengua común. Pero, a veces, es bueno decir algo que no responda a nuestra lengua oficial…
Es también un momento de coyuntura política en el mundo, puesto que el país que lo gobierna, digo, al mundo, están por decidir si eligen a una mujer o a un negro.
Y cómo puedo decir que a esta altura sé un poco del disco que llevo en la espalda, me considero las dos cosas, mujer y también negro… cargo pues, con el dilema de las democracias…
Presidente, entonces, por la función, pero la función está atravesada por el sinthoma, entonces también presidenta.
Mis compañeros del Consejo, en nuestra última reunión, conversaron generosamente conmigo sobre lo que conviene remarcar para el programa de este año.
Graciela Brodsky ha tenido la amabilidad de enviarme un proyecto de la ECF que me pareció muy interesante y que propondré al Consejo. Sabemos que la orientación lacaniana se inclina, en estos tiempos, hacia el psicoanálisis aplicado. Esto sin dejar de lado nunca la importancia del psicoanálisis en intensión para el psicoanálisis en general y en especial para el psicoanálisis en la Argentina y en la EOL.
La EOL tiene que abrirse más hacia la ciudad. Algunos miembros lo hacen, pero, en general, nos es difícil. Los medios, por ejemplo, no siempre nos conocen bien.
Pero los miembros de la EOL, uno por uno, trabajan y han trabajado siempre en salud mental. Han practicado y practican el psicoanálisis aplicado en los hospitales, en los centros de salud, en las salitas, en las obras sociales.
Tanto los jóvenes, a los que las puertas de esta Escuela se han abierto como nunca, como los que tienen ya una larga trayectoria.
Y la orientación lacaniana está en el trabajo de los miembros de esta Escuela por todas las ciudades, tanto en Buenos Aires como en el interior del país.
Persistente, infatigable como el deseo mismo, el psicoanálisis en la Argentina estuvo siempre en todas partes. Y hoy, la orientación lacaniana penetra en las obras sociales, en cualquier dispositivo de atención donde cada uno de nosotros está trabajando y dando su batalla.
Por eso es que les hemos pedido que declaren ese trabajo a la Escuela, las instituciones que han creado o en las que participan y trabajan. La Escuela quiere enterarse de cuáles son los lugares donde trabajan, los problemas que afrontan, las incidencias que tienen.
Y desde el Consejo, la Escuela quiere apoyarlos para incidir en nuestra práctica clínica en la ciudad. Es una de mis propuestas para este año. Respaldarlos, trabajar con ustedes.
En nuestro país, el psicoanálisis siempre ha estado en hospitales, en salitas, donde nos fuera posible.
Por supuesto, desde la EOL, la Red y Pausa se han ocupado y se ocupan del psicoanálisis aplicado. Más específicamente Pausa, que se ocupa de lo que he llamado con Miller, efectos terapéuticos rápidos.
Este año, pues, es un año que estará signado por la apertura, apertura de la Escuela en la Admisión, lo que ya se vio el año pasado, apertura a la ciudad, esa apertura que en tanto Escuela nos cuesta, aún cuando cada uno de nosotros la practica o la ha practicado a su manera.
El Consejo, teniendo en cuenta todo esto, propondrá un seminario de psicoanálisis aplicado; que funcione al lado de las Noches del Pase, que tomarán un sesgo diferente al seminario del Pase del año pasado. He aquí dos propuestas más, entonces. Un seminario de psicoanálisis aplicado, lo nuevo para este año. Y estamos trabajando sobre cómo proponer las noches del pase, qué nuevo sesgo será el que las caracterice.
El psicoanálisis en intensión con el dispositivo del pase que fue renovado en el Congreso Extraordinario de marzo de 2007, después de la seria crisis que nuestra Escuela superó, encontró en este tiempo un movimiento activo. La nueva apuesta, jugada a fondo, con la presencia del Delegado General, Eric Laurent, como miembro del Cartel, recibió la respuesta esperada. Ha habido muchos pedidos, un número significativo de pedidos, de demandas de Pase respondiendo a la oferta.
En esta Escuela, en relación al Pase, siempre se renueva el entusiasmo.
Y es tan claro que ayer hemos escuchado por primera vez el testimonio de un nuevo AE, Luis Darío Salamone, lo que siempre es una celebración y la singularidad de este testimonio lo ha sido una vez más. Verdaderamente lo de anoche fue una celebración, el comienzo del año con un aire nuevo y entusiasta. Y vimos la alegría con que la Escuela lo recibió, en la singularidad de Luis con su particular sentido del humor. ¡Cuánto nos causan estos momentos!
También es cierto que durante el 2007 las pasiones se aquietaron un poco.
Las pasiones, que son lo mejor y lo peor de nuestra Escuela, tocaron, en la crisis, su punto peor y nos hicieron padecer.
Pero sin la pasión, sin la pasión guerrera y juvenil de nuestro más uno, ¿cómo hallar un entusiasmo?
Y entonces, también hemos padecido, últimamente, la cara negativa de la falta de pasión.
No hubo peleas, hubo reconciliaciones, nuestras guerras fratricidas se aquietaron, pero al costo de una cierta burocratización, que ha dejado a muchos, por usar una palabra que aprecio particularmente, un poco desangelados.
Se ha visto en cierta morosidad que se instaló como síntoma (de los síntomas en plural) en nuestra Escuela, ya sea en la demora en el pago de las cuotas o incluso en cierta desidia inesperada para elegir delegados. Y en la lista de autopropuestos que hemos votado hoy. No había muchos autopropuestos.
No haré números, pero diré que las cifras son un poco alarmantes.
¿Cómo tomar lo mejor de las pasiones?
Porque sin las pasiones, sin la voluntad extraordinaria del entusiasmo, sin hallar cierta épica en lo que hacemos, las cosas languidecen.
Como nuestro más uno, yo también provengo de la izquierda, como él, yo también encaro toda organización de alguna manera protestando contra lo establecido. Él está en su elemento organizando los Foros. Yo lo estoy cada vez que defiendo el psicoanálisis de orientación lacaniana, en la EOL, en el ICBA, en cualquier lugar en que me inviten a hablar…o a escribir. En el país o fuera de él. Siempre ha sido así.
Lo haré también sin duda en el breve año de esta presidencia, en el que quizás me toque organizar cambios sustanciales.
Para mí, con mi entusiasmo dirigido hacia el psicoanálisis en intensión, hacia el pase para ser precisa, por el cual creí necesario fundar esta Escuela, para mí, militar por el psicoanálisis en extensión no es difícil.
Cuando hablé en las Jornadas del año pasado ya le estaba dando prioridad a lo que el psicoanálisis de nuestro tiempo precisa, el psicoanálisis aplicado y sus efectos terapéuticos rápidos. Sin olvidar que en nuestro país no tenemos que sacar a los analistas de sus consultorios. Siempre hemos estado por todas partes. Haciendo con o sin disfraz un psicoanálisis de orientación lacaniana. Tan breve como fuera necesario.
Es verdad, que como dice Eric Laurent en su libro “Los objetos de la pasión”, que no se encuentra nunca la buena fórmula para la Escuela. También dice allí Eric que la construcción de la Escuela de Psicoanálisis es un acto de anti-cinismo. Sabemos que no vamos a encontrar esa Escuela donde el S1 y el S2 estén tranquilos. Sería una Escuela muerta. Sin la presencia de lo vivo del goce. Por eso seguimos una y otra vez repensando la Escuela.
Hay momentos en que estamos cansados, enojados, aburridos. En que nos indignamos con todo el tiempo que le dedicamos a la Escuela, en los momentos agitados con el Consejo, e incluso en sus momentos demasiado apacibles, a veces estamos, por qué no decirlo, un poco hartos.
Y nos decimos, para decirlo en un lenguaje que me es afín, el de la literatura y el del cine, nos decimos: ¿para qué tanta expiación? La buena pregunta no es para qué sino por qué.
No hay expiación para el analista. Y es por el pecado del hiato que hay entre lo simbólico y lo real, que nos pone siempre a riesgo de la estafa. Para pagar esa Expiación, trabajamos en exceso, damos clases, etc. Así lo han hecho nuestros maestros: Freud, Lacan, Miller, Laurent y quiero nombrar también a Oscar Masotta. El año que viene hará 30 años de su muerte. Me gustaría comenzar a organizar un homenaje en la EOL, un homenaje a Oscar Masotta. Es más, quisiera dejarlo organizado a mi salida del Consejo.
Volviendo a lo anterior; lo que hacemos no lo hacemos sólo como Expiación, lo que nos motoriza es el deseo. He ahí el porqué. Se vio anoche
En otro orden de cosas, les adelanto que habrá cambios.
Es posible que a partir de la salida del Consejo, dentro de un año, de Ricardo Seldes, Jorge Chamorro y yo, la estructura del Consejo se renueve. Esta es otra propuesta.
La primera, entonces, abrir la Escuela a la ciudad empezando por apoyar todo el trabajo que ustedes llevan haciendo hace años, de manera decidida, clara y precisa en psicoanálisis aplicado. La segunda, un seminario de Psicoanálisis aplicado. La tercera, un nuevo matiz para las noches del pase. La cuarta, la posibilidad de que se reestructure el Consejo. Discutimos algo de esto con Eric Laurent. Por ejemplo, que se acorte el tiempo que los miembros del Consejo duran en sus funciones. Lo seguiremos trabajando para encontrar la buena forma. La quinta, organizar el homenaje a Oscar Masotta.
Mientras preparamos esto, este año daremos combate en intensión y en extensión.
Me propongo, como presidente, aquietar si es necesario, las pasiones. Necesario para evitar la hostilidad y la sospecha.
Pero también, les aseguro que intentaré renovar el entusiasmo, encontrarlo donde pueda. Sé que está en el pase, eso está asegurado. También sé del trabajo de los jóvenes en el ICBA, en el Instituto Oscar Masotta, en cada uno de los departamentos. Mi capacidad de hacer enlaces estará al servicio de la Escuela, siempre lo ha estado, pero mi responsabilidad este año es otra.
¡Qué emoción cuando JAM nombró en su curso a la película Scaramouche, y el combate final entre Steward Granger y Mel Ferrer!! Recuerdo borrosamente la película, no sé cuando la vi, me llevaban al cine desde antes de nacer. Pero debo confesarles que aunque el atractivo fálico de Steward Granger era fascinante yo amaba a Mel Ferrer.
Como mujer amaba al Mel Ferrer de Lili, un poco marcado por la castración con su renguera, de la inefable película “Lilí”, donde Leslie Caron, huérfana perdida con su pequeña valijita, encontraba al fin a Mel Ferrer.
El brillo de la espada es necesario, pero también la aceptación del S de A. De la falta en el Otro, es cierto, sin amarla demasiado.
Esta Escuela, es nuestra escuela, sin duda yo la amo. La amo en su espada y en su falta.
Y estoy feliz de ser presidente, de compartir este año de trabajo codo a codo con mis compañeros del Consejo, con el director, mi amigo Oscar Zack, un año en el que el Consejo se propone trabajar como nunca con el directorio, de modo tal que el director participe asiduamente de las reuniones del Consejo. También, es el año en que Aníbal Leserre deja la dirección de la revista Lacaniana, a quien le agradezco su impecable gestión.
Este año en que después de 8 años, el Congreso de la AMP nos tendrá como anfitriones, y recibiremos con alegría a J.-A. Miller, ¡después también de 8 años!; a Eric Laurent, Congreso por el cual, debido a su trabajo decidido, voy a perder por un mes al secretario del Consejo, que este año será Ricardo Seldes y me ayudará desde mayo como él sabe hacerlo. Puesto que Ricardo es el presidente del Congreso de la AMP y está trabajando a full en eso, me consta. Agradezco a Diana Wolodarsky, que en estos días lo reemplaza en la difícil tarea de Secretario del Consejo. Trabajo que conozco bien, porque lo hice todo el año pasado.
Este año en que tenemos por primera vez a un argentino en la presidencia de la Escuela de la causa, Hugo Freda, un argentino amigo personal de muchos de nosotros, amigo mío desde mi adolescencia.
Un año especial, entonces, en el que espero estar a la altura de lo que tendré que encarar. Pongo pues mi espíritu guerrero, al servicio de nuestra causa, extender el psicoanálisis aplicado por las ciudades para estar a la altura de nuestro tiempo, pero también con la marca de la femeneidad que me hace presidenta. Es una cuestión de sexuación, no de género.
Tomando mi trabajo seriamente, sin cinismo pero no sin comedia.
El psicoanálisis en intensión y el pase, orgullo de nuestra Escuela una vez más ha sabido renovar el entusiasmo. Nuestro delegado general no ha dudado en poner el cuerpo cuando fue necesario.
Con semejantes ejemplos, el de Miller y de Laurent, con su perseverancia y su inagotable juventud, no nos queda, por suerte sino seguir militando por nuestra causa. Ponerla a salvo de las pasiones grises de la mediocridad, que causan morosidad, hasta que el sable de nuestro guerrero nos despierta una y otra vez. Pero las pasiones rojas, esas me entusiasman, saber encauzarlas de la buena manera, será saber hacer con mi estilo y mi sinthome. Estamos, con Laurent por la ética de lo héteros, que preserva el deseo contra el pretendido bienestar de las falsas promesas de nuestro tiempo.
Si sabré hacer con mi sinthome como presidente, es algo que sólo puedo prometer intentar. Si lo logro, aunque sea a medias, por supuesto, ustedes serán quienes lo decidan el año que viene. También son los que pueden demandármelo durante el año, hacérmelo recordar si me olvido, alertarme si mi entusiasmo se torna peligroso, aunque no sé bien cómo podría ser peligroso el entusiasmo.
Quizás, y sobre todo, alertarme cuando asome todavía mi amor por la renguera de Mel Ferrer, es útil cierta pasión por la falta a veces; a veces, otras veces no lo es en absoluto.
Aprendo eso todos los días. Estoy segura que ustedes me lo señalarán cada vez, como ya lo hacen en el Consejo.
Lo mejor y lo peor de un parlêtre, coinciden siempre. Se trata de saber hacer para que la balanza se incline hacia lo mejor.
Esa es la responsabilidad de cada uno de nosotros. Pero como presidente es una responsabilidad ineludible.
Espero contar con la confianza de todos ustedes. Espero ser presidente para todos y presidenta cuando sea necesario.
¿Cómo alguien podría no querer a una mujer apasionada?, digo, en la función de presidente de la EOL, me dijo hace poco un amigo, mientras yo escribía estas palabras. Pero es un amigo.
Mis colegas más cercanos conocen ese rasgo mío y a veces lo celebran y otras lo sufren. Pero como seré presidente para todos, quiero que sepan que contarán con mi prudencia y moderación cuando sea necesario. Y sé que será necesario muchas veces. La pasión y la prudencia pueden complementarse si conviene. He aprendido eso y este año, seguramente lo aprenderé más.
Espero que esta breve presidencia, con todo lo que tiene de semblante, no sea sólo un semblante.
Los colegas que me han precedido, librando sus propias batallas y a la vez las de todos nosotros, saben que no es fácil.
Como ya lo advirtió Freud, se trata de una tarea doblemente imposible, pero intentarlo lo es todo. Y pueden estar seguros de que lo intentaré, con todo. Gracias.
Mónica Torres
28 de marzo de 2008
Como es habitual cada dos años, por efecto del automatón que rige las permutaciones en las instancias directivas de la Escuela, hoy es el tiempo de proceder al cambio en el Directorio de la EOL.
Los colegas que me van a acompañar en estos dos años son: Blanca Sánchez en Secretaría, Déborah Fleischer en Tesorería, Fernando Vitale en Biblioteca y Daniel Millas en Carteles.
También participarán en esta gestión Carlos Vilaseca (quien tendrá la responsabilidad de moderar EOL- Postal), Clarisa Kicillof (que tendrá a su cargo la actualización de la página Web de la Escuela y la gacetilla), Alejandra Glaze (se hará cargo de Virtualia, nuestra revista digital). Débora Nitzcaner, en su calidad de Secretaria Adjunta, será quien tenga a su cargo la dirección de El Caldero de la Escuela. Silvia Ons será quien dirija la Colección de Orientación Lacaniana, siendo su adjunta Angelica Marchesini.
Con Silvia Ons y el Director saliente, Guillermo Belaga, hemos estado trabajando en el armado de dos nuevos volúmenes, de próxima aparición: el libro de las últimas Jornadas Anuales, y aquel que recoge el trabajo realizado durante el año 2007 en El Seminario del Pase, del que estuve a cargo conjuntamente con Florencia Dassen, Frida Nemirovsky y Mauricio Tarrab.
Destaco también que los colegas que hoy dejan su función, Marisa Morao, Marita Salgado, María Inés Negri y Susana Amado, han colaborado, desde el lugar que ocupaban en la gestión, en facilitar la permutación.
Quiero subrayar que es para mí y para todos los que van a acompañarme en el trabajo en estos próximos dos años, una responsabilidad y un desafío que asumimos, a no dudarlo, con alegría y con mucho entusiasmo.
Alegría y entusiasmo porque nos toca hacernos cargo de la dirección de la Escuela en un tiempo en el que es indudable se han despejado algunos nubarrones que amenazaban lo fecundo del lazo asociativo entre nosotros. Es por eso que no dudo en afirmar que hoy en la EOL se respira mejor, se respira bien.
Es en este marco en el que quiero agradecer la generosidad y predisposición del Directorio saliente (Guillermo Belaga en su carácter de Director, Marina Recalde en Secretaría, Alicia Yacoi en Carteles, Adrián Scheinkestel en Biblioteca y Carlos Dante García en Tesorería). Ellos nos han abierto siempre las puertas para que podamos imbuirnos de los instrumentos e informaciones necesarios para nuestro trabajo y, por qué no, de un cierto saber hacer obtenido. Así, nos allanaron el camino de la permutación. Es, a no dudarlo, lo que podemos llamar una política de Estado en la dirección de la Escuela. Por mi parte, me comprometo a continuar con esta orientación, que es a mi juicio la buena política.
La buena política es, así lo entiendo, la que nos permitió haber conseguido, como Escuela, atravesar los tiempos críticos.
Atravesamiento que fue, sin dudas, por efecto del trabajo conjunto, por efecto de nuestro esfuerzo, y por qué no decirlo, por efecto de nuestro amor por la causa analítica. En este sesgo fue fundamental la activa participación, con oportunas y eficaces intervenciones, del Delegado general de la AMP, Eric Laurent, quien sin duda ha sabido hacer un buen uso, el uso correcto del significante amo, que no es otro que el S1 que no impone su forma de gozar, sino que encausa el trabajo e invita a sumarse al mismo.
Junto a él, cada uno de nosotros –desde el lugar que cada cual eligió ocupar- hemos podido transitar el camino que nos permitió atravesar, de la buena manera, las divergencias que dificultaban su dialectización. Divergencias que, para algunos, amenazaban el lazo que conviene para el trabajo en defensa de la causa que nos unifica y que no es otra que la de ser celosos guardianes de la defensa del psicoanálisis, por supuesto no de cualquiera sino del nuestro, el que se nutre de la enseñanza de Lacan y que cuenta con el trabajo fecundo que realiza Jacques-Alain Miller en los cursos de la orientación lacaniana, y que son la brújula constante en nuestra práctica, ya que nos proveen de las coordenadas que se anudan en el tríptico clínica – política – episteme.
En este sesgo fue y es un logro invalorable la importancia de haber conseguido reconstituir y reinstalar el dispositivo del pase, y que el mismo haya logrado proceder a una nueva nominación de AE, acontecimiento que siempre relanza el entusiasmo para el conjunto de nuestra comunidad.
La Noche de ayer fue fiel testimonio de ello.
Quiero transmitir también otras reflexiones, que serán las coordenadas que enmarcarán la política de este Directorio. Para ello, voy a referirme brevemente a un autor, François Jullien, quien en su libro Tratado de la Eficacia, despliega algunas ideas que pienso son de suma utilidad para nosotros. Luego de sostener que “ningún modelo se imprime desde lo alto” subraya que es en el despliegue mismo de lo real donde hay que buscar la pauta, lo que conduce. Así, nos indica que para los griegos el método es un camino trazado de antemano; por el contrario, en China, el Tao carece de itinerario.
A partir de estas lógicas divergentes se puede captar que sería una desorientación basar una política, en este caso la que le corresponde al Directorio, siguiendo los preceptos del método griego, ya que de ser así no habría espacio ni lugar para el advenimiento de lo nuevo, lo contingente, la fiesta (como lo llamó Eric Laurent). Pero también sería un error intentar sostener un trabajo guiándose por el Tao, es decir, sin itinerario. De este modo, se puede decir entonces, que si bien hay un Tao del analista no se puede hacer extensivo ese concepto para el Director. No hay un Tao del Director ni hay un Tao del Directorio.
Pienso entonces debemos inscribir el trabajo del Directorio sosteniéndonos, de una manera no ecléctica, entre el método y el Tao.
Dicho de otra forma: entre el automatón y la tyché se generan las condiciones para poder pensar, y dar lugar a la acción, a la ocasión, al kairos.
Fieles a esta perspectiva, de estar abiertos a la ocasión, en el Directorio hemos decidido no organizar, por el momento, ninguna Noche de la Escuela. Por el contrario, hemos ofertado: hemos hecho saber que las tradicionales Noches en la Escuela están abiertas a aquellos colegas (ya sea a partir de sus grupos de trabajo, de carteles, etc.) que deseen usar ese espacio para dar a conocer a nuestra comunidad el estado de sus trabajos. Son varias las demandas que hemos recibido como respuesta, todas ellas han podido ser aceptadas.
En otro orden de cosas, me es grato transmitir a esta Asamblea que hemos procedido a la permutación y normalización del Consejo asociativo de la Red asistencial y que a partir de ella vamos, conjuntamente con el Consejo Estatutario, a considerar y replantear algunas coordenadas para este dispositivo, inscripto (conjuntamente con PAUSA) en el llamado “proyecto asistencial de la EOL”.
Pienso que hay que seguir renovando el trabajo y el entusiasmo para que la Red ocupe un lugar de mayor importancia, un lugar de mayor inserción en la ciudad.
Aspiro, a partir de estas cuestiones planteadas, mantener un constante y fluido diálogo con el Consejo Estatutario en su conjunto y en particular, durante este año, con Mónica Torres quien en esta Asamblea asume como Presidenta de la EOL. Mantener –tal como dije cuando me tocó ser Presidente en el año 2003- una tensión fecunda entre las dos instancias de conducción de la Escuela. Tensión fecunda que implica que cada instancia desarrolle lo fundamental de su función y al mismo tiempo estén permanentemente abiertos los vasos comunicantes entre ambas, de tal forma que la política de la EOL sea solo una. Se trata de transitar por un camino unificado sin por eso renunciar a las diferencias.
Es como lo enseña el psicoanálisis hacer de las diferencias y del malentendido estructural un lazo social.
Asimismo quiero transmitir que, si bien estamos advertidos de que no hay justicia distributiva, este Directorio tendrá como una de sus prioridades respetar y estimular el trabajo de cada cual, de tal forma que quien trabaja para y por la escuela pueda encontrar su lugar.
La gestión del Directorio que hoy asumimos se debe inscribir, para no caer en una mera gestión burocrática, en el marco del lazo entre lo epistémico y lo político. Es la perspectiva en que entiendo se debe encuadrar la gestión en su articulación con la causa analítica. Encontrar su forma será parte de nuestro desafío. Lograrlo, será parte de nuestro éxito.
Como se puede captar, he tratado de transmitirles mi aspiración de darle a la gestión en el Directorio, en un momento político institucional de la Escuela de cierta renovación generacional y de puertas más abiertas para recibir a nuevos miembros, un fundamento que se enmarque, dentro de lo posible, en la dimensión política y epistémica del psicoanálisis. Estoy convencido de que, a partir de sus principios, podremos arribar a una reflexión y una acción que sepan anudar “la particularidad de goce con lo universal pensado como solución para el lazo social”.
La Escuela, a no dudarlo, es un partenaire privilegiado para nosotros, analistas de la orientación lacaniana, por lo que es de esperar que podamos seguir sosteniéndola en su lugar y su palabra, para estar a la altura de la subjetividad de la época.
Oscar Zack
28-3-2008