Están gritando, ¿habrá aparecido el lobo? O gritan de enloquecidas! Mujeres pequeñas gritan mientras una niña, bastante más grande de tamaño que esas mujeres, realiza un gesto asustado. El lector es desde el inicio invitado a hacer de esos gritos femeninos, que asoman en la tapa y contratapa de la Lacaniana 26, un llamado. Llamado a leer lo que el factor infantil enseña.
Lo primero que señala Freud es que el inconsciente es atemporal, lo mismo aplica para lo infantil, perduran sus marcas en la adultez y esto no supone contradicción.
Le debemos a lo infantil el embrollo sintomático mediado por las respuestas del fantasma que alojan en el Otro un objeto pulsional que le dará consistencia. Sexualidad, fantasías y síntoma quedan anudados, dando comienzo al tiempo en el que cada sujeto teje sus propias respuestas ante el enigma de un goce que no se puede metaforizar, pero si velar con una imagen o un nombre. Precisamente los cuentos y relatos infantiles vienen a ofrecen tramas y personajes (lobos, brujas, monstruos, zombis, entre otros) que ponen en juego el objeto y su imaginarización, lo que le dará consistencia al deseo, a la vez que atrapan un real. Miller afirma que “para el sujeto esas imágenes perduran como un hueso; se le quedan atragantadas, permanecen con un carácter paradójico, escandaloso, incluso vergonzoso: quedan como lo real de esa elaboración simbólica”.
Si el objeto permite la entrada en una relación dialéctica con el Otro, introduciendo la lógica del deseo (siempre infantil) y la demanda, es por la vía del goce femenino -el cual no se dirige a un objeto- que se abre la perspectiva de la inconsistencia del deseo y la correlativa reducción de lo infantil en tanto atribución a Otro de un supuesto hacer sobre lo real pulsional. El desafío será entonces el buen uso de lo que resta de lo infantil. En la rúbrica El Pasealgunos AE nos transmiten pistas sobre el arreglo que cada uno encontró. Porque está claro que el asunto no es cosasimple, tampoco complejo, es … imperecedero!
Alma Pérez Abella(EOL – AMP)
Integrante del Comité de redacción de la Revista Lacaniana
Índice
Nota editorial Débora Rabinovich
Inédito de Freud
Intervención de Freud sobre El despertar de la primavera, Sigmund Freud
Inédito de Lacan
Homenaje a Lewis Caroll, Jacques Lacan
LA ORIENTACIÓN LACANIANA
El desencanto del psicoanálisis
El fin de la ortodoxia, Jacques-Alain Miller
TRAUMATISMO FREUD
El trauma: la sexualidad anacrónica, Susana Amado
El zumbido de la mosca, Fabián Naparstek
El muro del infantilismo, Adela Fryd
“¡Muñequita de madera, gira!”, Ana Cecilia González
LEER LACAN
Había una vez…, Daniela Fernández
Tu cuerpo es tuyo, Claudio Godoy
RAPSODIA
Solución bat, Gustavo Slatopolsky
De muertes, calaveras, síntomas y duelo, Inés Sotelo
Pedro y el lobo, el factor infantil, Marisa Morao
El factor infantil en el sueño, Liliana Cazenave
Viene el Cuco y ¡a despertar!, Mariana Gómez
Factor inquietante, Daniela Teggi
La represión viene del futuro, Germán García
RECORRIENDO LA AMP
Tres dimensiones de la Escuela, Éric Laurent
Fixión, de Yuyo Noé
EL PASE
TESTIMONIOS
Parloteo y nominación, Fernando Vitale
El falo, no sin agujero, Sérgio Laia
Espero lo Ausente, Bénédicte Jullien
Por un “sí”, para un “nombre”, Clotilde Leguil
27 – 28 Uno, Raquel Cors Ulloa
Consentir al reconocimiento, Silvia Nieto
LO IMPERECEDERO
Las piezas sueltas que perduran, Luis Tudanca
Lo que no envejece, Anna Aromí
Un dislocado disparate, Beatriz Udenio
Lo que perdura, Marina Recalde
Lo que perdura, lo que se pierde y lo que se recupera de lo infantil, Luis Darío Salamone
Lo infantil que perdura, Rômulo Ferreira da Silva
TRANSFERENCIA DE TRABAJO
NOCHE DE ESCUELA
Rostro(s) del acontecimiento traumático, Guy Briole
XXVII JORNADAS ANUALES DE LA EOL
Una discordia menos tonta, Mirta Berkoff
JORNADA DE CARTELES
Acontecimientos de cuerpo y nanosoluciones, Marita Manzotti
IX ENAPOL
Odio, cólera, indignación: desafíos para el psicoanálisis
Argumento Comisión científica, Luiz Fernando Carrijo da Cunha, Gerardo Arenas, Gustavo A. Zapata Machín