Prólogo
Alejandra Eidelberg
Este libro de Manuel Zlotnik –que comprende los puntos esenciales de su tesis de maestría en Clínica Psicoanalítica, defendida en el año 2015– ha sido titulado por su autor: El padre modelo. Es un título afortunado, ya que funciona como un imán que atrae y, al mismo tiempo, perturba.
Permítaseme comenzar leyéndolo como una ironía (y por eso su efecto inquietante) si tenemos en cuenta que tanto la enseñanza de Jacques Lacan, como la época moderna y postmoderna en que esta se desplegó y se sigue desplegando, han desalojado al padre de todo pedestal dedicado a los héroes consistentemente ejemplares. La elección de un título irónico para presentar una investigación sobre un concepto tan fundamental como el de la función paterna es un signo de que su autor se inscribe en la orientación clínica que Jacques-Alain Miller adjetivó también como irónica, en alusión, entre otras cuestiones, a la socavación inevitable que sufren los semblantes del sujeto neurótico en la experiencia de un análisis.
Sin embargo, un segundo acierto de la elección del título reside en su condición no-toda irónica; esto habilita otras lecturas que coexisten con la anterior en ese mundo felizmente inquietante de las paradojas lacanianas al que Zlotnik se le anima. El fruto de su audacia puede leerse en sus líneas y en sus entre-líneas, y estimula al lector a que ponga de su parte para ir descubriendo a un singular padre modelo que, a lo largo del texto, se va construyendo con piezas sueltas de la enseñanza de Lacan: a veces como un antimodelo; otras, como un modelo que solo podría serlo en tanto no lo sea; finalmente, como un modelo no de sus éxitos, sino de sus límites, de sus faltas y hasta de sus pecados.
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MANUEL ZLOTNIK