“El psicoanálisis le recuerda a la psiquiatría su propio pasado, el del siglo xixy comienzos del xx, el de la escuela alemana y de la escuela francesa sobre todo; no por un apego nostálgico, ya que la clínica psicoanalítica surgió a partir de la psiquiátrica, sino para moderar la fascinación por las nuevas clasificaciones que cada vez tienen períodos más cortos de vida.
A su vez, el psicoanálisis evidencia que el acto de diagnosticar es también un juico íntimo separado de las propuestas clasificatorias.
Desde ya, Freud no es Jaspers; así, la práctica del análisis no es la comprensión empática del paciente; el psicoanálisis enseña que se debe mantener una distancia del otro, que el humanismo del “Tu eres mi hermano” es la vía opresiva, de la dominación; que no se sabe de antemano cuál es el bien para el paciente.”
Del Capítulo “Ser psiquiatra, existir psicoanalista” p.22